Estalló la bomba en Granados, la población de la sierra de Sonora donde se detectó una nueva cepa del virus SARS-CoV-2; el secretario de Salud anunciaba el miércoles 16 que el foco de contagio pudo haber sido un funeral.
De 34 sospechosos se habían confirmado 22 y se buscaban más casos en Ures, Agua Prieta, Huásabas y las comunidades de esta región.
Enrique Clausen anunció que se buscarían más casos de personas que hayan estado en contacto y señaló el hecho como un evento explosivo.
Horas después, la alcaldesa de Granados, Guadalupe Amavizca pidió ayuda a través de su cuenta de Twitter; expresó su desesperación por no poder hacer más por la salud de la población, pues ni siquiera cuenta con una ambulancia para hacer el traslado a donde puedan ser atendidos médicamente, a 45 minutos del pueblo.
En Twitter, la alcaldesa señala que en 2019 recibió de manera simbólica una ambulancia donada por el Club Rotario de Scottsdale, Arizona al gobierno del estado de Sonora, misma que, casi dos años después, no ha recibido físicamente en Granados.
Amavizca señala que todos los sonorenses deberíamos de tener garantizados los servicios de salud, porque “la vida de un granadense vale lo mismo a la de un hermosillense, a la de un mexicano”.
En respuesta, el secretario de Salud Enrique Clausen le respondió que giró instrucciones para que a más tardar el próximo miércoles cuenten con una ambulancia en esta población.
En respuesta a esta publicación, además de recibir el compromiso del titular de los servicios de Salud para colaborar en esta emergencia, también fue criticada por no haber hechado de menos o no haber reclamado la ambulancia en tanto tiempo.