Integrantes del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (Staus) se reunieron este jueves para hacer un llamado urgente a la autoridad universitaria a reconocer que técnicos académicos han enfermado por la exposición a metales pesados como; plomo, arsénico, cadmio, entre otros y comprometerse con acciones a favor de la prevención y atención de la salud de quienes se encuentran en riesgo derivado de su trabajo en laboratorios del Alma Mater.
El maestro Antonio Romo del Depto. de Ciencias Químicas y Biológicas de la institución, dijo que esta problemática data de años y que los técnicos académicos laboran en áreas de mucho riesgo, en ese sentido, urge la creación de una Comisión de Riesgos Laborales y esta propuesta es parte de los temas que el Staus tiene en la mesa de negociaciones y sobre la que acusa incumplimiento.
“El último emplazamiento a huelga solicitaron análisis en sangre y orina de metales pesados, decidimos que fueran los compañeros que estamos más expuestos, 4 compañeros resultaron con niveles altos de metales pesados, los demás compañeros resultamos con niveles bajos que por ningún motivo deben estar alojados en nuestros cuerpos”, expresó.
Solicitan a la autoridad universitaria:
- Monitoreo periódico de metales pesados y arsénico en sangre y orina
- Atención por médicos toxicólogos
- Atención de otros técnicos académicos
- Evaluación con marcadores moleculares por riesgo de cáncer
- Que la UNISON reconozca el trabajo bajo riesgo
- Instalación de una Comisión mixta por riesgo laboral
Ana María Pérez Villalba, química del departamento de Investigación científica y tecnológica de la Unison, que labora desde 1997, explicó que el plomo tarda 20 años en salir del cuerpo y es uno de los materiales que se cumulan en otras partes del cuerpo.
Por ello, solicitó un monitoreo periódico de metales pesados y arsénico en sangre y orina y dijo que las personas expuestas requieren atención por médicos toxicólogos.
“En mi experiencia, toda estuve trabajando y mi cubículo era el laboratorio, hacen falta lugares especiales para manejo de residuos tóxicos que se generan, no hay un almacén departamental para sacarlos de los laboratorios, estamos en un riesgo latente”, lamentó.
Antonio Romo dijo que hay muchos compañeros que no quieren analizarse porque tienen temor de resultar dañados por metales. Aseguró que hay casos de maestros jóvenes que de repente presentan cáncer, pero que nunca se hicieron estudios.
“Hay maestros que han muerto por problemas cardiovasculares, cáncer, y que son jóvenes”, aseveró.