Un sismo de magnitud 7.7 golpeó Myanmar este viernes, dejando un saldo preliminar de 144 fallecidos y 732 heridos, según reportes oficiales.
La junta militar que gobierna el país decretó estado de emergencia en seis regiones afectadas, donde el desastre ha causado estragos generalizados.
“Nunca vi nada parecido. Estamos intentando manejar la situación”, expresó un médico local, reflejando la magnitud de la crisis.
El Gobierno de Unidad Nacional, opositor al régimen, informó que el terremoto ha provocado daños en “numerosos edificios”, incluyendo sitios de valor patrimonial, religioso y comunitario.
Tras una reunión de emergencia, las autoridades trabajan en la recolección de datos sobre víctimas y pérdidas, al tiempo que intensifican la búsqueda de sobrevivientes.
Myanmar, conocido como Birmania hasta 1989, adoptó su nombre actual por decisión de la junta militar para desvincularse de su pasado colonial británico y abarcar a todas las etnias del país.
Según El Orden Mundial, algunos líderes militares justificaron que “Birmania”, en la lengua birmana de los bamar, excluía a diversas minorías étnicas, impulsando así el cambio a “Myanmar” como un símbolo de inclusión.
El sismo de hoy pone a prueba la capacidad de respuesta de un país marcado por tensiones históricas y desafíos actuales.