Este 10 de enero, se celebró un seminario más del Instituto Tecnológico Autónomo de México, el ITAM acerca de las perspectivas económicas del país para 2025.
Varias conferencias magistrales como las del doctor Ernesto Zedillo, Arturo Saru Khan Luis de la Calle, Guillermo Ortiz, entre muchos otros, se dieron cita para hablar básicamente de cómo nos irá en este año de cruel incertidumbre.
La ponencia que llegó a mis manos fue la de Marcelo Ebrard actual secretario de economía de la que haremos una reflexión para medirle el agua a los camotes ya que fue la versión oficial del evento.
En pocas láminas en power point, el secretario Ebrard hace, prácticamente, un recuento o para estar a tono una retrospectiva de los logros del T-MEC resaltando que ha sido el mejor negocio que ha tenido la región en muchos años, lo cual, no ha de gustar o causa resquemor a los defensores a ultranza de la 4T.
Gozamos, cito textual, de un mercado de 501 millones de consumidores que representan el 30% del PIB mundial, pero bueno, ahora digo, sin mencionar que solo EEUU es cuando menos el 20% o mas de ese potencial mercado.
Emplea a 17 millones de personas en los tres países y nomás en México hay más de 15 mil plantas manufactureras de los dos socios restantes y un número que creo le puede interesar a Trump de que por cada 131 empleos que se generan en estas filiales se crean 333 en EEUU.
Un sector clave que resaltó el secretario fue el automotriz mencionando que Ford y General Motors entre otras ensamblan carros con un 35% de contenido americano que abona en grande al comercio.
Por otro lado, Ebrard habló de la fortaleza económica del país, a través de varios indicadores, como las reservas internacionales con máximos históricos, el nearshoring creciente en 2023, el aumento del salario y de la inversión nacional del 24.4% del PIB, aunque no destacó el comportamiento del PIB para 2025.
En pocas palabras, una ponencia general, plana y primaria con su bálsamo de esperanza en un contexto que tirios y troyanos auguran de bajo crecimiento económico y poca generación de empleo.
Para Ebrard, el asunto de los aranceles al 25% es un tiro en el pie para Trump y conviene ser proactivo en cuanto a aprovechar el escenario global que bien manejado ayudaría a los EEUU y Canadá mantener la inflación baja, crecer sostenidamente y poder competir con los chinos.
Ya veremos, a partir del 20 de enero, cómo interpretan las vernáculas nuestros socios comerciales por no decir cómo cantan las rancheras.
Para finalizar su ponencia, el secretario habló del déficit comercial de EE.UU. con el resto del mundo, China y México uno de los temas más espinosos para Trump a lo largo de su vida empresarial y política o sea más allá de su mandato.
Y si no me creen, les recomiendo ampliamente el reciente libro de Maggie Haberman, el Camaleón, la invención de Donald Trump todo un retrato hablado como empresario y político.
Un seminario como el del ITAM, ya un clásico para muchos colegas economistas y es todo un referente su rigor técnico en cifras y datos duros y la conclusión es que el horno no está para bollos, ni la novia para tafetanes.
El contexto económico actual, previo a la revisión del T-MEC, ya son otros López como se dice coloquialmente. Migración, fentanilo, seguridad nacional, certeza jurídica, Nearshoring serán recurrentes a lo largo del sexenio.
Presiones por varios flancos de orden interno e internacional sumarán o restarán puntos, entre ellas, las reformas constitucionales al vapor y contentillo de la 4T, que nos traen, queramos o no, de cabeza, así que rueden los dados, ALEA JACTA EST.
HE DIXI.