El gobierno de Puerto Rico anunció que extenderá su confinamiento domiciliario hasta el 3 de mayo como medida para frenar la pandemia del coronavirus, como una medida más estricta en una jurisdicción de Estados Unidos.
La gobernadora Wanda Vázquez dijo que los negocios no esenciales continuarán cerrados y que la población deberá permanecer en sus hogares de las 9:00 de la noche a las 5:00 de la mañana.
Agregó, sin embargo, que se permitirá que la gente salga durante ese toque de queda sólo para comprar alimentos y medicinas o acudir al banco.
Vázquez levantó todas las restricciones para el tránsito vehicular e indicó que todas las ferreterías y talleres de todo tipo de servicio automotriz podrán operar dos veces a la semana en un horario limitado.
Toda la población deberá seguir portando cubrebocas de manera obligatoria al ingresar a los negocios, y el secretario de Salud, Lorenzo González, advirtió que se espera que el mayor punto de la curva de casos se registre hasta principios de mayo.
La isla de 3.2 millones de habitantes ha reportado más de 780 casos confirmados y al menos 42 decesos, incluyendo el de un pediatra y un par de personas mayores de 40 años sin problemas de salud previos. Aún siguen pendientes los resultados de más de mil 300 pruebas y cerca de 900 policías han sido puestos en cuarentena tras ser expuestos al Covid-19.
Por su parte, detractores señalaron que el gobierno no cuenta con un panorama preciso sobre la cantidad de casos de la enfermedad que existen en Puerto Rico dado que no ha aplicado pruebas generalizadas. Cerca de 7 mil 700 personas han sido sometidas a pruebas.
En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.
El confinamiento fue implementado por primera vez el 15 de marzo y la extensión anunciada el sábado generó dudas sobre su impacto en una isla que aún se recupera de los daños causados por el huracán María y de una serie reciente de fuertes sismos en medio de una recesión económica de 13 años.
Además del toque de queda, el gobierno está adoptando otras medidas para contener la propagación del coronavirus.
La Guardia Nacional ha sometido a revisión a más de 55 mil pasajeros en el principal aeropuerto de la isla y de esa cantidad, casi 200 fueron puestos en aislamiento.
Las autoridades han acusado a algunos visitantes de tomar medicamentos para ocultar fiebres, debido a lo cual la gobernadora solicitó esta semana a la Administración de Aviación de Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés) que suspenda todos los vuelos que salgan de zonas de altísimo contagio de coronavirus en el territorio continental estadounidense, incluidos los de Nueva York, Florida y Nueva Jersey. La FAA no ha respondido.
Fuente apnews.com