Donde se dio un paso importante el día de ayer para avanzar en el cambio de Ley, es por rumbos de la Universidad de Sonora.
Y es que apenas arrancando el segundo periodo ordinario del Congreso local, las comisiones de Educación y Cultura y de Gobernación y Puntos Constitucionales, recibieron de parte del titular del Poder Ejecutivo la propuesta que vendría a modificar la manera en que se gobierna la máxima casa de estudios de Sonora.
Vale la pena recordar que esta nueva norma vendría a sustituir a la Ley 4 que, contra viento y marea, guste o no a muchos, vino a dar estabilidad a la Universidad.
La iniciativa enviada por el gobernador Durazo no se conoce todavía (en la mesa de La Tijera nos comprometemos tijeretearla con detenimiento para ofrecer a ustedes mayores detalles). Sin embargo, han trascendido algunos aspectos que en el debate público llaman la atención. Por ejemplo, de acuerdo con la propuesta el rector duraría en su encargo cinco años y no tendría derecho a reelección (hoy dura cuatro y sí se puede reelegir).
¿”Desenquistar” a unos para “enquistar” a otros?
Otro punto interesante y que llama la atención es la modificación –literalmente- de nombre de la Junta Universitaria, que sería “cambiada” por lo que esta nueva Ley apunta como Consejo de Gobierno. Su esquema de funcionamiento sería prácticamente igual: 14 integrantes donde la mitad serían prestigiados académicos de la institución y la otra mitad foráneos. Pero, ojo, este primer Consejo de Gobierno sería propuesto “por única vez” por el gobernador del estado y ratificado por el Congreso. ¿Se imaginan ustedes los perfiles que llegarían a ese famoso Consejo? Corren apuestas…
Por cierto, quien ayer salió a pronunciarse públicamente sobre la nueva propuesta de reforma a la Universidad, fue el gobernador Alfonso Durazo.
En conferencia de prensa, el mandatario estatal dijo, palabras más palabras menos, que dentro de la propuesta de modificación a la Ley Orgánica se busca corregir las deficiencias del actual marco jurídico “que dan pie al dominio de grupos de poder”, y justificó que los periodos de cuatro años con posibilidad de reelección permitían, justamente, que “se enquistaran” en la toma de decisiones grupos políticos y corrientes ideológicas al mando de la máxima casa de estudios.
Hay muchos temas que vale la pena analizar y que, desde nuestra óptica, deberían ser discutidos en esta nueva propuesta de Ley. Temas de impacto académico, de investigación y de vinculación, no solamente políticos. Los iremos abordando en próximos despachos.
Lo que sí afirmamos de inicio es que la iniciativa se debe discutir de manera abierta tanto al interior como al exterior de la Universidad.
Sabemos que las condiciones políticas no dan para mucho: tenemos, por un lado, un Congreso de muy bajo perfil y, por el otro, una comunidad universitaria anestesiada, amodorrada y, según nos reportan amigos académicos búhos, con poco espíritu para discutir este tipo de asuntos. Ojalá se pongan las pilas.
Seguiremos con el tema…
La Tijera es un texto confeccionado con recortes que aporta el staff de colaboradores de sergiovalle.news
Cuidado con aquel que ande descosido.