¿Por qué no se come carne roja en cuaresma?, entérate

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La práctica de no comer carne roja durante la temporada de cuaresma y la Semana Santa, a diferencia del pollo y los mariscos es una influencia religiosa que han adoptado a su cultura los mexicanos.

Durante cuarenta días se practica la abstinencia de carne y el ayuno, además de evitar consumir otros productos a manera de penitencia, como en el caso de muchos que hacen a un lado las harinas y los refrescos, imitando lo que hacían las primeras comunidades religiosas

La historia de la abstinencia comienza el Miércoles de Ceniza, que es cuando inicia la cuaresma y termina el Viernes Santo, junto con la Semana Santa o Semana Mayor.

Esta es una de las tradiciones más antiguas de la iglesia, como explica David Vilchis, fundador del Seminario de Intersecciones de lo Religioso, Semir, y profesor de la Universidad Católica Gentium.

El especialista señala que en el Código de Derecho Canónico se le menciona como una renuncia voluntaria, negarse a sí mismo; la Conferencia del Episcopado Mexicano habla de sacrificio; Juan Pablo Segundo mencionaba a la vida cristiana como una vida de mortificación; la tradición monárquica la describe como disciplina y autodominio; o bien, Santo Tomás habla sobre frenar la concupiscencia de la carne.

Todo tiene que ver con la idea de unirse al sacrificio que hizo Jesús y está relacionado con los tiempos penitenciales que se potencializa en los seminarios y conventos durante todo el año, al omitir el consumo de carne todos los viernes del año, no nada más durante la cuaresma.

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La carne roja es objeto de abstinencia por dos razones, explica Vilchis, la primera es una razón que rescata la dimensión social y ha sido promovida por la Arquidiócesis Primada de México con el sustento de que es costosa, más que el pescado, que resultaba más económico en comunidades pobres.

El segundo motivo tendría su origen antes del cristianismo, en la tradición judía, que distinguía a los animales puros e impuros y retoma a Santo Tomas de Aquino, quien señalaba que no se debía comer “nada de lo que descanse en la tierra y respire aire”, o sea, consumir seres vivos del mar y alimentos que nacen de la tierra.

La sangre roja de los animales de la tierra era impura y manchada y se consideraba que los animales que vienen del agua no tienen sangre de este color, por lo tanto se les relacionaba con la pureza, pues, además el agua es pureza.

Con la modificación de las tradiciones a conveniencia de los tiempos y los gustos, se conserva comer solo pescado, frutas, verduras y cereales, así como sus derivados durante los días santos; anteriormente se excluía el pollo, pero se ha cambiado esta práctica según el contexto.

Fuente elfinanciero.com.mx

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