Siempre resulta placentero escuchar y leer al colega economista Luis de la Calle quien domina los temas económicos al igual que los internacionales, uno de los más recientes lo titulo “Por el bienestar de todos, primero el Predial”.
En este artículo se trata entre otras cuestiones dos aspectos ligados a nuestras finanzas públicas, su debilidad y la necesaria y postergada reforma tributaria o fiscal.
Lo anterior viene a cuento con un proceso electoral en puerta donde los candidatos de los tres órdenes de gobierno se rehúsan por lo pronto a hablar del tema.
Relevante y curioso por decir lo menos ya que en el caso de nuestros vecinos del norte el ahora presidente y candidato Biden lo trae en sus discursos y lo promueve como tema de campaña al ofertar futuros programas y proyectos a sus seguidores.
Tiene toda la razón el colega De La Calle al cuestionar la supuesta solidez de las finanzas públicas con una debilidad tan pronunciada como la baja recaudación tributaria en términos del PIB.
Obviamente que comparados con países de la OCDE e incluso de la misma América Latina somos los más bajos dada una serie de razones como la evasión, elusión, informalidad, pensiones, deuda creciente junto con un desordenado y exorbitante gasto corriente opaco y poco transparente.
Si a lo anterior le sumamos las presiones demográficas ligadas con la salud y el envejecimiento poblacional, el creciente dilema de PEMEX y no se diga la poca corresponsabilidad tributaria de estados y municipios la cosa se pone color de hormiga.
Reconozco que hay una visión centralista desde la OCDE, el Banco Mundial la academia y la misma Secretaria de Hacienda y crédito público cuando sostienen que los gobiernos sub nacionales ejercen el 50% del gasto total y solo recaudan el 10% cuando mucho.
Entiendo que hay que transitar a un régimen de mayor corresponsabilidad fiscal y hay que ordenar de nueva cuenta la coordinación fiscal de impuestos federales que van y vienen léase ISR, IVA, IEPS y en algunos casos tenencias, nomina, entre otros.
Resulta ilustrativo que parte de nuestro problema fiscal estructural nazca en el centro del país ya que somos malos recaudadores, el último lugar en la OCDE con el 16.1% de ingresos tributarios como porcentaje del PIB.
El resto de los integrantes de este organismo promedia el 34 0 35%, prácticamente el doble y el juez por su casa empieza reza el viejo refrán mexicano. Más aún si nos comparamos con el resto de la América Latina salimos reprobados.
Lo mismo o peor sucede en nuestro comparativo de impuesto predial con el resto del mundo andamos en menos del uno,.0.31% en 2016 cuando el resto de mundo desarrollado ronda el 3 y hasta 4%.
Canada,3.9%, los EEUU,2.87% y para ponernos a la par con los socios comerciales requerimos elevarlo al menos 10 veces, vaya reto descomunal de entrada.
Ahora bien, en términos de ingreso de predial como porcentaje de los ingresos totales por entidad federativa la campeona es la Ciudad de México con el 30% que comparado con Tamaulipas con menos del 10% la situación es nada uniforme.
En el caso de Sonora rondamos el 20% con 72 municipios dispersos y poco poblados por lo que no es lo mismo San pedro Garza García que goza de toda mi envidia donde hay una alta concentración de riqueza y colonias de clase alta y media que recaudan más que el resto de Nuevo León.
Y es que el impuesto predial la regla del 80/20 es bien ilustrativa, solo el 20% de los contribuyentes paga el 80% de la recaudación total. Pero bueno hay que tomar la palabra y llevarse parejo con el predial empezando por el mismo gobierno federal y luego con el resto.
HE DIXI
