Perspectiva | Gran recesión global

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Dicen que siempre hay que esperar lo mejor, estando preparados en todo momento para lo peor. Esto bien podría aplicar para las expectativas económicas del próximo año.

La Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) presentó la semana pasada su Informe sobre Comercio y Desarrollo 2022, en donde alertó que podría estarse gestando una gran recesión global, peor que la que siguió a la crisis financiera de 2008 y a la pandemia de 2020.

Hay una especie de “tormenta perfecta” que está asomándose en el horizonte, alimentada por múltiples crisis derivadas de la pandemia, el endeudamiento excesivo de varios países, la alta inflación, el cambio climático y la guerra en Ucrania.

La edición 2022 del Informe prevé un crecimiento mundial de 2.5% este año y de 2.2% en 2023, advirtiendo que el alza de las tasas de interés y el endurecimiento de la política fiscal que han aplicado varias economías, han hecho pasar la economía mundial de la desaceleración al retroceso, dejando un espacio prácticamente nulo para un aterrizaje suave.

Esto podría provocar, enfatiza, que el mundo entre en una etapa de recesión y estancamiento prolongado, y en el caso de América Latina también se puede traducir en “agitación social”.

En nuestra región el panorama es gris, ya que el entorno externo supondrá un obstáculo mayúsculo para el crecimiento durante los próximos años, sobre todo en los países más endeudados.

Según la UNCTAD, la región registrará una pronunciada desaceleración, pasando de un crecimiento de 6.6% en 2021, a un 2.6% este año y apenas un 1.1% en 2023.

Argentina, Brasil y México, los motores económicos de la región disminuirán su avance tras el repunte de 2021 que siguió a la contracción generada por la pandemia. Brasil y México, las economías más grandes, crecerán en 2023 un 0.6% y 1.4%, respectivamente, con México todavía sin poder llegar a su nivel de actividad económica de 2019.

Para el organismo la política de aumentos a las tasas de interés, como la que actualmente aplica el Banco de México (Banxico), es “imprudente”, ya que no se logrará controlar la inflación sin dar lugar a una recesión.

En la realidad que atraviesa el mundo, con caídas de los salarios reales, ajustes fiscales, turbulencias financieras y apoyo y coordinación multilateral insuficientes, el encarecimiento excesivo del crédito puede resultar en un periodo de estancamiento e inestabilidad económica para muchos países en desarrollo, apunta.

Adicionalmente, la crisis climática se agudiza, causando pérdidas y daños crecientes en países vulnerables que carecen de margen fiscal para encarar los desastres, y mucho menos invertir en su desarrollo a largo plazo.

Con respecto a la inflación, el análisis dice que se ha disparado sobre todo por la subida de los precios de los productos básicos, especialmente por las interrupciones de las cadenas de suministro.

La UNCTAD destaca el papel de los especuladores, que tienen demasiada influencia en los contratos de futuros de materias primas, por lo que aboga por una mejor regulación y por un gravamen a las ganancias extraordinarias para frenar las alzas de precios que empujan a millones de personas a la pobreza extrema, en tanto que algunas empresas se enriquecen desmedidamente.

Sin duda, según el análisis de la UNCTAD, impulsar la creación de empleo y propiciar aumentos en los salarios reales serán, en el contexto actual de presiones inflacionarias y demanda externa débil, los grandes desafíos que enfrentarán la mayoría de los países en 2023, entre ellos México.

Pero ¿Qué estamos haciendo nosotros como país para superar estos desafíos? De momento, lamentablemente no parece haber una respuesta clara a esta pregunta.

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