No se necesita la lámpara de Diógenes para darse cuenta que nuestro mercado laboral por angas o mangas ha venido cambiando a raíz del impacto de la pandemia de COVID en 2020 en cuanto a flexibilidad laboral.
La flexibilidad laboral entendida como arreglos de trabajo a la medida, surge formalmente a finales de los años noventa como una necesidad de las empresas de adaptarse a los cambios productivos, a los requerimientos de la globalización y a la necesidad de retener el talento
Se sabe de antemano, sin embargo, que nuestro mundo laboral no es ni ha sido en décadas muy flexible que digamos y más que nunca es una de las razones del descontento de la fuerza de trabajo.
Estudios recientes destacan que el 54% de los mexicanos se siente frustrado con su empleo ya sea por la poca flexibilidad de horarios, bajos sueldos, pocas prestaciones entre otras cuestiones.
Si a esto le sumamos las bajas tasas de crecimiento económico del sexenio que cuando mucho van a rebasar en promedio el 1% es una razón adicional que sin duda influye en su poca flexibilidad y lo que esta conlleva.
Otras fuentes del descontento laboral que padecemos además de las anteriores son las pocas oportunidades de desarrollo profesional y la baja participación en la toma de decisiones sobre todo para quienes no cuenta con experiencia o que por primera vez ingresan.
Ahora bien, si nos vamos con la gente joven, los centennials, la falta de modelos de trabajos flexibles esto es la rigidez de los horarios y los bajos salarios o el clima laboral son otros islotes de insatisfacción en varias ramas de la actividad económica no en todas.
Digo que no en todas las ramas sucede ya que industrias como la maquiladora o los call center junto con industria automotriz y algunas proveedurías son más flexibles a la hora de contratar personal.
Hoy en día las nuevas formas de gestionar el talento humano según los índices de tendencias laborales en países como España, han detectado que los españoles en un 57% priorizan aspectos como la flexibilidad o el bienestar más que el salario a la hora de decantarse por un trabajo.
De tal manera que muchos trabajadores disfrutan más un tiempo extra que un aumento en el salario. En consecuencia, si queremos gente motivada, calificada, productiva junto con una menor rotación hay que buscar los equilibrios pos pandemia.
Ejemplo de lo anterior lo vemos en el teletrabajo que ha resultado con sus reticencias de algunos negocios una formula eficaz de tal manera que muchas empresas lo utilizan.
Lo mismo ha sucedido con el trabajo hibrido que combina lo virtual con lo presencial y es una manera de ahorrar costos y mejoras en el clima laboral al igual que los horarios flexibles de entrada y salida que son facilitadores que permiten conciliar la vida personal y laboral.
Hay otras modalidades como la jornada continua o intensiva o la gestión por objetivos y metas que suelen ser rentables para muchos negocios en costes y gestión del tiempo libre.
En fin, modalidades las hay y más las que se habrán de incorporar con los cambios tecnológicos, el nearshoring entre otros fenómenos que estamos presenciando, aunque hay que estar muy atentos a los posibles cambios y reformas que se están cocinando en México.
La semana de 40 horas, los aumentos en los aguinaldos, las pensiones, las nuevas tramitologías en fin sinnúmeros de retos para las empresas tendrán que ser consensados al igual que los aumentos del salario fijo por encima de la inflación.
Si no se analizan a profundidad como dice el viejo refrán podría ser más caro el caldo que las albóndigas.
HE DIXI.