No hay argumento político ni diferencia ideológica que pese tanto como el derecho que tienen las mujeres de este país, incluidas las que simpatizan con la 4T, de manifestarse del modo en que lo están planeando el próximo 9 de marzo, frente a la incertidumbre que la clase gobernante les está generando tan sólo con la forma de reaccionar frente a los feminicidios que se han registrado antes, durante y después de la época neoliberal en México.
La interpretación política que desde su tribuna le da su gobierno a la convocatoria de las mujeres, le resta un valioso tiempo que bien puede utilizarse en enviarle un mensaje a los millones de familias mexicanas, incluidas las que votaron por usted, de que se trabaja, que no se permitirá que los crímenes queden impunes, pero más aún, que se dispondrá de todos los recursos legales, humanos y técnicos para evitar que esos crímenes se sigan registrando.
Eso esperan muchos que sea la esencia del mensaje, es lo justo además.
No, yo no he pensado que usted, presidente, sea un peligro para México, ya le di mi voto en una ocasión (no en el 2018) y no me arrepentí.
Pero sí puede ser un peligro para el país, cualquier presidente puede serlo, si no toma las decisiones y no envía el mensaje correcto en tiempos de crisis.
La oposición a la que llaman moralmente derrotada está tratando sin duda de aprovechar el momento. Pero eso no es lo importante.
Como la clase hoy gobernante lo hizo cuando fue oposición, con usted a la cabeza Presidente.
Pero ni en aquel entonces ni ahora es ese aspecto el que debe hacer reaccionar a un gobierno porque simplemente estamos enfocando la atención a la parte no esencial y con ello evadiendo la responsabilidad que a un Gobierno le toca, del partido que sea: Generarle al ciudadano la certeza de que se está trabajando en ello.
Tampoco hay que asustarse y salir tan persignados con eso de la intervención de partidos políticos, si hasta actores de Morena se están sumando.
Hasta doña Beatriz Gutiérrez, aunque sea por un ratito, pero lo hizo.
Entonces, el punto no es que los partidos busquen provecho, ni Morena hoy en el gobierno, tiene cara con que quejarse de ellos, no les queda.
Porque el tema es mucho más profundo que eso y refiere la evidente impunidad que hay alrededor de los homicidios de mujeres por razón de género, así como de la serie de abusos que se cometen y que nos invitan por lo menos a conocer, a leer más, dialogar y acercarnos tanto como sea necesario al tema para irlo entendiendo.
El movimiento del 9 de marzo tiene un altísimo grado de legitimidad que se lo dan las niñas y mujeres muertas, sus familias, sus amigos y miles de mujeres en este País que se han ganado un lugar en la sociedad a base de trabajo y de defensa de sus convicciones, verdaderas líderes en sus campos de acción y que van a salir (sin salir) tomadas de la mano por una causa, más allá pero muchísimo más allá de las diferencias ideológicas que puedan tener, porque la causa que las mueve es mucho más grande que eso.
No es tan difícil de entender.
Debemos también destacar la instrucción de que no habrá represalias contra ninguna funcionaria o empleada del gobierno de la 4T que se sume al movimiento.
Deseo francamente que le hagan caso, pero hay antecedentes recientes y muy claros de duras represalias contra mujeres, baste recordar cómo le fue a la senadora Lilly Téllez por diferir en un solo tema con las políticas impulsadas actualmente desde el Senado por los morenistas.
Estamos ante el primer gran movimiento social que está logrando rebasar los alcances y capacidad de controlar la agenda pública que hasta hoy había demostrado tener la maquinaria de la 4T.
Renuncia “Irmita”
En el PRI nacional se pasaron por el arco del triunfo a los priistas sonorenses cuando desde allá definieron candidatos a diputados plurinominales para la elección de 2018.
Pusieron a la diputada Irma Terán en esa lista.
Ahora es ella la que se pasa por el arco del triunfo al partido entero renunciando e incorporándose a la fracción parlamentaria del PES, el partido de su esposo.
A los de Sonora sí se les acepta por lo menos el pataleo y la queja pública, incluso la exigencia de que la diputada renuncie al cargo, toda vez que fue el partido que hoy desprecia el que se lo regaló.
Obvio, no los va a pelar.
El PRI nacional en cambio, ese sí se verá mejor callado… Aguanten el karma.
Hasta aquí, lo demás que se ha dicho desde cuentas falsas en redes sociales es violencia de género y eso no se vale.