Por NN Sonora
El orden de acciones que esbozó el gobernador Alfonso Durazo en el Plan Hídrico para Hermosillo, no es el correcto, pues por seguridad, antes de pensar en cerrar y vender los terrenos de la Abelardo L. Rodríguez, se debería, primero, construir las presas aguas arriba y, aun construyéndolas, no debe cancelarse todo el vaso de la actual, sería un error, advirtió el investigador de El Colegio de Sonora, Nicolás Pineda Pablos.
Además, dijo, mientras no se elimine el desperdicio del vital líquido en la capital, que es más del 50%, el plan hídrico que adelantó el gobernador Alfonso Durazo, “no le hace nada al principal problema” que es la falta de gestión y el desperdicio de agua en la red de la capital sonorense.
En entrevista para Radiorama Sonora, el especialista en temas de agua dijo que un plan hídrico para la Hermosillo debería tener como objetivo central reducir las pérdidas del vital líquido en la red y alertó que por diversas razones entre ellas falta de medidores, fugas, tomas clandestinas y falta de registro, se pierde 54% del agua que se inyecta a la red.
Al referirse a la propuesta que el mandatario sonorense hizo ante cajemenses hace unos días, el también coordinador de la mesa técnica de esta materia de la agrupación Hermosillo, ¿cómo vamos? comentó que surgen muchas dudas, por lo que consideró que hizo falta que el gobernador se acompañara de técnicos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para precisar la información.
Ello, toda vez que hay un error en el orden en el que de propone ejecutar la propuesta toral y de mayor impacto que ha sido el posible cierre o cancelación de la presa Abelardo L. Rodríguez.
El gobernador Durazo reveló que parte de la propuesta implica cancelar y urbanizar el terreno que ocupa la presa original de Hermosillo y con el recurso que surja de esa urbanización y eventual venta, construir tres presas aguas arriba.
Al respecto, Pineda Pablos advirtió que eso no es correcto, el orden debería ser al revés, primero hacer las presas que van a sustituir a la Abelardo L. Rodríguez, y después pensar en el cierre de esta, pero incluso, dijo, de ninguna manera debe cancelarse toda, cuando meneos, se debe dejar un vaso reducido, ya que la presa se hizo en ese lugar porque allí confluyen los cauces de tres ríos, el San Miguel, El Zanjón y el Sonora y esos no se pueden modificar.
Reiteró que no es sencillo cambiar la vocación de ese lugar, pues las corrientes de agua subterránea en ese punto siempre estarán presentes. El terreno es fangoso e inestable. Además, dijo, es importante conocer la opinión de Conagua que es quien administra las presas.
“El orden que se está planteando no es el correcto… primero construir las presas, disminuirle un poco el espejo de agua, pero no cancelarla… el río no se puede cancelar y tienes que tener un vaso regulador, tendría que ser una presa tal vez más chica, pero no desaparecerla”, dijo.
No obstante, precisó, la propuesta de cambiar el uso de la presa El Molinito es positivo, porque esa presa no es para guardar o almacenar agua. “Tiene capacidad de 120 millones de m3 pero nunca se le deja llenar, cuando sube más de 30 millones de m3 se suelta el excedente de agua.
Asimismo, recordó que desde el 1 de dic de 2016 se inauguró la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, PTAR, que tiene capacidad para tratar 70 millones de m3 al año, más de la mitad del agua que ocupa la ciudad y que, construyendo una línea morada, se puede utilizar en industria, en los parques y jardines de la ciudad, o bien, reinyectarla a los acuíferos o entregarla a los agricultores para dejar usar de usar agua potable en lo que no es consumo humano.
“Esas son soluciones mucho más baratas”, apuntó.