“No hay plata” se ha convertido casi en el lema de la campaña electoral de Javier Milei, el nuevo presidente de Argentina, cuyo objetivo es recortar el gasto público del país en unos 20.000 millones de dólares, lo que supone el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Para ello, ha anunciado el despido de los funcionarios que llevaban menos de un año en sus cargos, la reducción de subsidios a energía y transporte y la cancelación de la publicidad gubernamental en la prensa. Pero hay otras medidas.
El ministro de Economía argentino, Luis Caputo, ha devaluado este martes un 50% la moneda: la divisa argentina pierde su valor respecto a otra, en este caso, el dólar estadounidense. Este miércoles, el dólar vale 366 pesos argentinos, pero tras la entrada en vigor de la medida anunciada por Caputo, el dólar dará un cambio de 800 pesos. En otras palabras, el peso argentino es la mitad de lo que era hace unos días ¿Cómo afectará esta devaluación al país?
Sin embargo, en el caso de países en el que el turismo cobra gran importancia, el tipo de cambio atrae a los visitantes. Lo mismo ocurre con las remesas, que ganan valor y aumenta el dinero que llega de otros países con una moneda más potente. Además, las exportaciones aumentan porque el producto nacional tiene un precio más bajo para otras potencias. Pero a cambio, las importaciones suben de precio.
El Gobierno de Milei ha decidido devaluar su moneda para revertir la situación de hiperinflación del país. En palabras del ministro de Economía, Argentina se enfrenta “a la peor herencia de nuestra historia” que puede provocar un nivel de hiperinflación anual del 15.000%. “Para que se entienda eso en números, hablamos de que una leche pase de valer 400 pesos a 60.000 pesos en el lapso de un año. Nuestra misión es evitar esta catástrofe”, ha explicado Caputo.