El neerlandés Mathieu van der Poel se convirtió en el séptimo ciclista de la historia en ganar tres veces la Vuelta a Flandes, tras imponerse en solitario tras una escapada de 44 km, desafiando unas condiciones climáticas apocalípticas, este domingo en Oudenaarde (Bélgica).
En una escena ciclista propia de hace décadas, con los tramos de pavés muy resbaladizos por la lluvia, la carrera se decidió a 44 km para el final a favor del grandísimo favorito, en ausencia de Wout van Aert y Tadej Pogacar.
En cabeza de un grupo de doce corredores, el acróbata neerlandés fue de los pocos capaces de pedalear sobre la bicicleta en unas rampas del 20% del desnivel en el terrible Koppenberg, cuando el resto de rivales tuvo que subir de pie, agarrado a la bicicleta, como si se tratara de una prueba de ciclocrós.
Matteo Jorgenson y Mads Pedersen, al ataque durante muchos kilómetros, fueron, junto a Dylan Teuns, los otros corredores del grupo cabecero que se mantuvieron subidos a la bicicleta en la pista de patinaje que se convirtió la carretera en el Koppenberg, pero en la cima cedieron una ventaja que ya fue imposible de remontar.
Vencedor de la prueba por tercera ocasión, Van der Poel suma ya cinco ‘monumentos’ ciclistas, igualando a otras de las estrellas del pelotón actual, Pogacar, aunque ambos están muy lejos aún de los 19 que ganó el mito belga Eddy Merckx.
Más de un minuto después de la llegada del corredor del Alpecin, un reducido grupo de corredores se disputó al esprinnt las plazas de honor, con el italiano Lucas Mozzato cruzando la pancarta en la segunda plaza y tercero fue Michael Matthews, aunque el corredor australiano fue descalificado por no mantener la trayectoria.