La muerte de Jorge Mario Bergoglio, conocido como el Papa Francisco, este lunes, deja un vacío en el mundo, no solo por sus enseñanzas religiosas y sociales, sino también por su fervor por el fútbol, una pasión que compartía con millones de argentinos.
Desde que asumió el papado el 13 de marzo de 2013, el primer pontífice latinoamericano se reunió con líderes políticos, celebridades y figuras deportivas, entre ellas Diego Armando Maradona, el legendario ídolo de la Selección Argentina.
El 1 de septiembre de 2014, en la sala Pablo VI del Vaticano, Francisco recibió a Maradona a través de Scholas Occurrentes, su fundación para promover la educación y la inclusión social mediante el deporte.
Durante el encuentro, organizado en el marco del “Partido por la Paz” en el estadio Olímpico de Roma, Maradona obsequió al Papa una camiseta de Argentina con el número 10, el nombre Francisco y una dedicatoria especial. Ese fue el primero de dos emotivos encuentros.
Maradona expresó su admiración en frases memorables: “El Papa Francisco es más grande que Maradona”, afirmó, destacando el impacto del pontífice.
“Me da mucho placer que un argentino esté haciendo tan bien las cosas en un lugar tan importante como el Vaticano, después de haber tenido muchos papas que se preocupaban por la política y no a los chicos con hambre”, añadió.
Con devoción, confesó: “lo único que puedo decir hoy es que soy hincha de Francisco, el primer hincha de Francisco soy yo”. Su conexión espiritual quedó sellada al revelar: “cuando el Papa me abrazó pensé en mi madre y dentro de mí recé. Estoy contento de haber vuelto a la Iglesia”.
Tras la muerte de Maradona, Francisco lo recordó con cariño, describiéndolo como “un poeta en el campo de juego y un hombre frágil”.
La relación entre ambos, marcada por el fútbol y la fe, sigue siendo un testimonio de la humanidad y cercanía del Papa Francisco, cuyo legado trasciende fronteras y generaciones.