Por Germán Lohr
En nuestro país, de acuerdo a información recabada por el Inegi, siguen siendo las mujeres quienes destinan al menos 2.5 veces más horas que los hombres a las tareas domésticas y al cuidado en general del hogar.
Dirán algunos Nada nuevo bajo el sol, y tendrán razón ya que esta modalidad conocida de manera oficial como trabajo doméstico no remunerado le sigue impidiendo a más de 14 millones de mujeres buscar un empleo y, si lo encuentran son mal pagados en su mayoría.
Se sabe que el valor económico del trabajo doméstico y de cuidados que realizan las mujeres equivale a 6.4 billones de pesos y en términos del PIB llega a representar alrededor del 27.6% cifras nada despreciables en países como el nuestro.
Razón para adentrarse en la propuesta referente a un Sistema Nacional de Cuidados que el Senado de la República trae en 2022 entre sus pendientes ya que la Cámara de Diputados le dio luz verde en noviembre de 2020.
Aquí nos surge la gran interrogante respecto a ¿qué implica un Sistema Nacional de Cuidados en México? Y, primero que nada, es conveniente conceptualizarlo diciendo que es un conjunto de políticas públicas y programas tendientes a garantizar el derecho al cuidado familiar.
Al cuidado tanto de quienes lo reciben como de quienes lo proveen siendo el Estado quien debe garantizar dicho cuidado digno con base en el principio de corresponsabilidad entre hombres y mujeres.
Es el Instituto Nacional de las Mujeres, la dependencia encargada de avanzar en su creación a fin de que se libere la carga de trabajo en el hogar que les impide a estas tener un empleo remunerado.
Para instrumentar este sistema se requiere continuar trabajando la parte legislativa y normativa tanto pública como privada y en esta materia se debe continuar recabando datos y cifras sobre el uso del tiempo al igual que reforzar los servicios públicos.
Servicios que logren redistribuir y liberar el tiempo que las mujeres le dedican al cuidado de las personas sean niños, adolescentes, adultos mayores y aquellos con alguna discapacidad.
Obras son amores y no buenas razones y no hay que quitar el dedo del renglón y apoyar con mayor presupuesto los 38 programas federales que de acuerdo al Coneval más influyen en este sentido. Así que más dinero a estos y menos a asuntos como la revocación de mandato es lo que se necesita.
Ciertamente, afinar la puntería en cuanto al impacto positivo que debe ejercer el gasto público bien orientado es una de las razones más efectivas para generar resultados óptimos.
Destaco por ejemplo que el Coneval organismo público encargado de medir la pobreza en México entre otros programas menciona dentro de los 38 programas en mención, el destinado al apoyar a niños y niñas hijos de madres trabajadoras.
Dicho programa fue dotado de una partida presupuestal raquítica de 2 mil 785 millones de pesos, recurso menor al destinado con ahorros del INE para la revocación de mandato en un país que no genera buenos empleos para mujeres.
De acuerdo a la encuesta de empleo del Inegi, la Enoe, en la actualidad hay más de 21 millones de mujeres que no tienen empleo y no lo están buscando tampoco.
La razón principal es que el trabajo en el hogar les impide tener otra jornada laboral y si lo llegan a encontrar está mal pagado en su mayoría dado el fenómeno de precarización laboral nuestro.
Vaya que todo esto nos debe de llevar a reflexionar y profundizar acerca de este Sistema Nacional de Cuidados ahora sí que, por el bien de todos, lo primero es lo primero.
He dixi.