Mucho revuelo causó la decisión del equipo de campaña de Claudia Sheinbaum de colocar cientos de anuncios espectaculares en los diversos estados del país, en los que aparece la expresión #EsClaudia, acompañada de la silueta del rostro de la aspirante a la Presidencia de México puesto de perfil.
El asunto causó revuelo porque viola la ley de diversas maneras, y lo hace, además, de manera ya contumaz, porque la autoridad electoral ya le ha indicado antes y puntualmente, que deje de estar incurriendo en actos anticipados de campaña. Baste recordar no solo sus giras por distintas entidades federativas para participar en actos claramente proselitistas, sino, sobre todo, la pinta de miles de bardas dispuestas por todo el territorio nacional en las que precisamente ponen la frase #EsClaudia.
Sin importarles empero, que lo anterior ya haya sido objeto de observación por parte del INE y del Tribunal Electoral, que han dictado incluso medidas cautelares y algunas sanciones, ahora su equipo se avienta la puntada de colocar estos espectaculares.
Para colmo, un grupo de diputados morenistas que apoyan el proyecto político de Sheinbaum no tardaron en reconocer que había financiado la colocación de dichos anuncios, con lo cual reconocen la violación a la ley. Ilusos, creían que al no ser Claudia Sheinbaum directamente la que ponía los anuncios, no incurría en violación a la ley. Definitivamente necesitan asesoría legal, incluso la más elemental.
Digo que con estos espectaculares la aspirante y su equipo violan la ley de diversas maneras porque hay que tener en cuenta lo siguiente:
Primero, que incurren (de nuevo) en actos anticipados de campaña y precampaña, es decir, violan los tiempos que señala la ley para empezar a colocar propaganda y realizar actos proselitistas en general, lo que, evidentemente, vulnera la equidad en la contienda.
Segundo, que vulneran la obligación que tiene todo servidor público (en este caso no solo la propia Sheinbaum, sino el grupito de diputados que mandaron poner esta publicidad) de abstenerse de incidir en la contienda con propaganda que incluya nombres, imágenes o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público, y
Tercero, que habiendo colocado alrededor de 500 anuncios espectaculares, a razón de unos 45 mil pesos de renta mensual por cada uno, ahora tendrán que justificar la financiación de esa campaña por más de 20 millones de pesos. Si los pagaron de su propio bolsillo -cosa que dudo-, se tratará de un financiamiento ilegal porque lo más probable es que hayan rebasado el límite que los particulares tienen para aportar a una precampaña, y si lo pagaron con recursos de la Cámara de Diputados pues peor, porque estarían incurriendo en responsabilidad penal por peculado, amén de los delitos de carácter propiamente electoral.
Pero insisto, resulta muy curioso el desparpajo con el que salen a reconocer todo esto sin sospechar siquiera que están confesando varios ilícitos.
Qué rápido olvidan, por ejemplo, que, en el año 2000, cuando el entonces aspirante a la presidencia Vicente Fox intentó usar primero su foto y después la silueta de su rostro en el emblema de la Alianza por el Cambio que encabezaba el PAN, la autoridad electoral le obligó a cambiar ese distintivo y eliminar dicha foto y dicha silueta al considerarla una forma de violar la equidad en el proceso. Ahora, ignorando un criterio sentado hace 22 años, al colocar la silueta del rostro de Sheinbaum en esos anuncios, sus “genios” consultores creen que, al no colocar su foto propiamente dicha, sino solo la silueta de su imagen, no están violando la ley. Creen que descubrieron el hilo negro. Parece que nacieron ayer, caray.
Como sea, acá el asunto es ya tan burdo, y las violaciones legales tantas y tan evidentes, que a la autoridad electoral no le está alcanzando para simplemente seguir dictando medidas cautelares y sanciones administrativas menores como ha hecho hasta ahora, no, ahora la autoridad, tanto el INE como el propio Tribunal Electoral, ante la rebeldía, ante la contumacia, está obligada a tomar medidas mucho más drásticas, y creo que la medida que corresponde es la cancelación de la precandidatura y candidatura de Claudia Sheinbaum.
Tengo la impresión de que ya alguien se acercó a advertirle este escenario porque no tardó en pedir que se removieran los mentados espectaculares. Sin embargo, la violación legal ya está ahí, y ya es reiterada. La autoridad tiene la palabra.