Resulta valioso seguir pergeñando información del Índice de Competitividad Estatal-ICE- que lleva a cabo el Instituto Mexicano para la Competitividad –IMCO- el presente año.
Como quiera que me la pongan, decían las abuelas de antaño, la competitividad es una variable de enorme peso para inclinar la inversión en un lugar o en otro sino pregúntenle a Nuevo León, Coahuila. Querétaro o Ciudad de México que han sido las entidades a tractoras y retenedoras de talento e inversión.
Aquí la pregunta que me salta es ¿cuáles son los niveles de competitividad? Y la respuesta nos la brinda el IMCO al señalar que hay niveles como casi en todo de tal manera que hay lugares del país con muy alta, alta, media alta, media baja, baja y muy baja competitividad.
En el caso de nuestro país siempre hay seis entidades que se disputan los primeros lugares o que están en el top ten, Ciudad de México considerada de muy alta competitividad seguidas de las de alta competitividad Querétaro, Nuevo León, Coahuila, Baja California y Jalisco.
En el caso de Sonora, no alcanzamos a volar tan alto y al igual que el 2022 ocupamos el noveno lugar abajito de Aguascalientes y Chihuahua séptimo y octavo en ese orden.
Qué bueno que este índice aparezca seguido para establecer comparativos ya que no deja de ser una herramienta que nos permite conocer fortalezas y debilidades como también oportunidades y amenazas, una especie de espada de Damocles para quienes nos gobiernan.
Evaluar qué tan atractivos somos para jalar inversión y talento es una gran tarea que involucra 72 indicadores y 10 subíndices de todos colores y sabores que hay que revisar con rigor e interés, más ahora que anda de moda el nearshoring.
Creo que es urgente que nos aboquemos a revisar con lupa cómo andamos en estos indicadores para visualizar mejor las oportunidades de relocalización de empresas en la entidad ya que lo peor sería seguir concentrando solo en la capital las nuevas opciones.
Hay que observar, entre muchos otros, con detenimiento dónde estamos parados en materia de infraestructura y logística, sin descuidar el capital humano y la innovación; no se diga la capacitación laboral que mejora la productividad y los mejores salarios.
Insisto sí hay desafíos el agua, la energía, el medio ambiente, la seguridad, el estado de derecho, son de vitales, pero el capital humano es muy importante. Se sabe que una de cada cuatro personas mayores de 25 años cuenta con educación superior y técnica. Sin embargo, si algo mantiene en un nivel de alta competitividad a la Ciudad de México es justamente que dicha cifra está muy por encima del promedio y alcanza el 41% a diferencia de una entidad como Guerrero que apenas llega al 14%.
Un aspecto fundamental para el nearshoring es la fuerza de trabajo capacitada, aunque pague mejores sueldos sigue siendo una enorme ventaja para la relocalización de negocios.
Ni dudarlo siquiera que esta oportunidad para nuevos parques industriales, construcción de vivienda horizontal y vertical, bodegas, es una buena oportunidad que no hay que desperdiciar.
Buenas oportunidades para el mercado laboral y sino pregúnteles a los regiomontanos se están abriendo solo que hay que capacitar más y actualizarnos en varios frentes.
Todo insisto tiene que ver con la conectividad, innovación, la energía, la educación, infraestructura, servicios de todo tipo, que hay que tener muy en cuenta.
Recordemos que 5 de cada 10 dólares en términos de inversión extranjera se concentran en Ciudad de México, Nuevo León, Baja California, Jalisco y Chihuahua.
Ya va siendo hora de que a Sonora le caiga inversión que ofrezca mejores empleos y potencialice nuestro mercado interno sobre todo que se reparta mejor en al menos los 10 municipios que concentran el 90% de la población y la riqueza.
He dixi