En fecha reciente la Organización Internacional del Trabajo, mejor conocida por sus siglas OIT, presentó el décimo informe de su observatorio laboral con perspectivas agridulces acerca de la oferta mundial de empleo.
Digo agridulce ya que la OIT, contrasta el primer semestre del año bastante bueno en oferta de empleo con sus perspectivas de cierre, que cada vez son más inciertas por la desaceleración que ya muestran las economías ricas y pobres.
Perspectivas poco halagüeñas, destaca el informe, pues la inflación mundial no cede al menos en dos rubros importantes: alimentos y energéticos que, sumados a las restricciones de los bancos centrales, con alzas de tasas de interés resultará un amargo coctel 2023.
Bastante amargo dirán algunos sesudos analistas puesto que repercute para empezar en aumentos crecientes de la deuda tanto público como privada; no se diga en los créditos bancarios-léase- tiendas departamentales y autos.
Ahora bien, el mundo del trabajo que venía creciendo de manera consistente en México pasado el fatídico 2020 de pandemia empieza de nuevo a contraerse en el mes patrio de septiembre 2022 con la pérdida de 120,167 empleos formales según cifras del Inegi.
Unas miradas de reojo al interior de nuestros sectores económicos muestran ramas económicas ganadoras y perdedoras en materia de empleos. Tal es el caso del sector industrial y minero además de comercio y servicios que han perdido trabajadores de manera consistente.
Por el contrario, un sector primario que junto con restaurantes y hoteles traen un repunte importante que han compensado de manera positiva el empleo en general.
Obviamente que todo esto se refleja en la tasa de desocupación como porcentaje de la población económicamente activa – PEA- la cual ha venido cayendo desde su nivel más alto esto es marzo del 2020 que llegó al 5.5% al 3.3% del mes de septiembre.
Aun así, no debemos cantar victoria ya que no se logra compensar del todo los empleos perdidos ni la precariedad e informalidad del trabajo de hoy que hay que oxigenarlo con las nuevas promesas del nearshoring que nos hará el milagro de crecer a mayores tasas o al menos al 2%.
Por otra parte, de acuerdo al Informe de Indicadores 2022 de Hermosillo, ¿cómo Vamos?, Sonora ha venido recobrando empleo formal desde agosto del 2020 al mes de mayo del 2022 de manera consistente al igual que municipios como Hermosillo, Peñasco y San Luis Rio Colorado.
El empleo formal en agosto del 2020 en la entidad ascendió a 601,240 y al mes de mayo del presente está en 648,773. En el caso de Hermosillo en las mismas fechas paso de 230,025 a 255,903 con una tasa del 7.7% respecto a los empleos registrados al inicio de la pandemia de Covid-19.
En este tenor conviene aprovechar estos indicadores de esta entusiasta organización los cuales se desdoblan en varios de igual trascendencia como son los de pobreza, desigualdad, demografía, vivienda, salud, educación entre muchos otros.
Ojalá más pronto que después conozcamos las cifras de cierre de nuevos indicadores que arrojen luz sobre el comportamiento del mercado laboral sobre todo aquí en Sonora al cierre del año a fin de corroborar los resultados arrojados por la OIT.
Digo esto ya que dentro de la población no económicamente activa -PNEA-, la proporción de personas no disponibles se encuentra en su nivel más alto de la pandemia, esto es personas que no tienen trabajo y no lo están buscando, pero tampoco están disponibles si les ofrecieran una oportunidad.
Vaya que con tanto programa asistencial de la 4T o becas a los ninis uno ya no sabe que está realmente pasando en este México mágico ya veremos más adelante en que paran estas misas.
He dixi.