El Día Mundial del Urbanismo pasó de largo

Foto news.azpm.org

Con tanta fecha que se festeja (de la mujer, niño, tierra, agua, trabajo, San Valentín,) me pasó de largo el Día Mundial del Urbanismo, el 8 de noviembre pasado en su 73 aniversario ya que esta data desde 1949.

El gran objetivo de esta celebración que llevan a cabo las Naciones Unidas y gobiernos es concientizarnos sobre la necesidad de generar ambientes sanos con espacios verdes que eviten el hacinamiento y la contaminación.

Conceptualmente, el urbanismo sigue siendo responsable de planificar las ciudades en cuanto al diseño y los servicios públicos que mejoren nuestra calidad de vida; muchos de ellos recaen en los municipios.

Por mencionar algunos citaré los servicios de agua, drenaje, calles, banquetas, recolección de basura, residuos, parques y jardines, panteones, transporte público entre muchos otros.

Con justa razón se comenta que los alcaldes traen siempre una Troya ardiendo a sus espaldas, y no es para menos en ciudades como Hermosillo que sigue creciendo y cada vez resulta más problemático y caro su funcionamiento en general.

No es casual que la ONU en su agenda 2030 nos hable acerca de la importancia de las ciudades y comunidades sostenibles ya que más de 55% de la población en el mundo vive en ciudades y para 2050 este cálculo rondará arriba de 70%.

Y es que tan solo 3% de la superficie terrestre es para las ciudades donde se genera el 80% del PIB mundial, 70% del efecto invernadero y 80% del consumo energético por referir tres indicadores de alto impacto.

Pues bien, esta gran concentración de población y economía en el planeta nos debe llevar a profundas reflexiones sobre la importancia de la planificación urbana y grandes retos que se avecinan en materia del desarrollo sostenible.

Por fortuna, y si de estadísticas se trata, contamos con Hermosillo, ¿cómo vamos?, que en su Informe de Indicadores 2022 nos arroja datos sobre el grado de satisfacción de los hermosillenses en estos asuntos del urbanismo.

Uno de ellos: las áreas verdes y los espacios públicos, que son visto como áreas de oportunidad por no decir que hay un déficit. A ver ahora con el parque La Sauceda, nuestro Chapultepec, si nos amanamos.

Mientras tanto pasamos de panzazo en estos menesteres dado que la calificación de 2017 a la fecha ronda entre el 6 y 7 de acuerdo a las zonas en que se divide la ciudad, donde la calificación de la zona norte es menor por falta de espacios públicos que la zona sur y centro.

Por otra parte, en cuanto a metros cuadrados de áreas verdes traemos promedios que van de 4.5 a .5.5 metros por habitante lo que significa que nos quedan a deber en estos rubros a los capitalinos.

No se diga en cuanto a pulmones estratégicos o buenos parques como otras ciudades arriba del millón de habitantes que nos llevan amplia ventaja, para qué negarlo.

Necesitamos revertir estos bajos promedios y generar nuevos y mejores espacios por zonas con flora nativa ad hoc al entorno urbano que a querer y no seguimos disfrutando.

Si de tareas se trata esta nos va como anillo al dedo, expresión muy de la 4T, así que vale la pena participar más y retomar mejores prácticas, que las hay.

Por ejemplo, repensar nuestros camellones cada vez más deforestados y caros en cuanto al mantenimiento y la verdad poco coadyuvan a mejorar la movilidad.

He dixi

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