Vale la pena revisar con calma el resumen ejecutivo publicado por la secretaria de Hacienda y Crédito Publico acerca de los dimes y diretes de las pensiones en México.
Una manera de contextualizar esta temática de las pensiones es partiendo de la Población Económicamente Activa, PEA, que ronda entre los 55 y 60 millones de personas en el país.
Sin embargo, alrededor de 33 millones de nuestro mercado laboral -esto es 60%- ronda en la informalidad con salarios bajos y sin acceso a los beneficios de la seguridad social, lo que a todas luces va en contra de gozar de una buena pensión para el retiro.
Aunado a ello, la desigualdad del ingreso sumada a que más de 50% de la población viva en pobreza y 10 millones al menos en pobreza extrema junto con las tendencias demográficas y epidemiológicas también juegan en contra.
En pocas palabras nos empieza a pegar y duro la demografía. Cada vez hay más adultos mayores y menos jóvenes cotizando en los esquemas de retiro. Según la analogía hacendaria, dicho envejecimiento será mayor en 20 años.
Para el año 2050, nuestra pirámide poblacional que hace 30 años todavía era un triángulo donde en su base había un gran número de jóvenes contribuyendo a la seguridad social, se convertirá en un rectángulo con mayor número de adultos mayores en retiro.
Dicho proceso de envejecimiento implica que en algún momento las contribuciones de la PEA serán insuficientes para cubrir las pensiones y va arder Troya sino se toman las medidas pertinentes.
Surge la pregunta ¿Cómo cuales medidas?, pues la primera sería empezar por elevar las contribuciones de los trabajadores a la seguridad social que son bajas y apenas representan 6.5% del salario.
El trabajador aporta (1.125), el patrón (5.150) y el gobierno federal (0.225), dicha contribución del trabajador solo aporta 8% de lo que acumule en su cuenta individual cuando llegue al retiro.
Hay otras medidas, como sería posponer la edad del retiro como lo hizo Macron en Francia con un gran alboroto, por cierto, o de plano nuevos impuestos, mayor endeudamiento, pero no resuelven la viabilidad de las pensiones.
No nos queda de otra que construir un sistema integral de pensiones sólido y autosustentable, e ir dejando atrás la informalidad y los bajos salarios que no permiten el suficiente ahorro que asegure una pensión digna mínima obligatoria.
Según los expertos, nuestra edad de retiro es alta, solo superada por países avanzados ya que en Europa la edad de retiro más alta ronda los 69 años con ingresos por habitante mucho mayores y con una esperanza de vida a los 65 años de 90 años.
Empero, no solo se trata de modificar la edad de retiro, sino aumentar de entrada las contribuciones tripartitas de los trabajadores y el gobierno que son muy bajas.
Como bien lo señala este documento hay que crear un nuevo marco institucional y un sistema integral de pensiones ya que en el país hay más de tres mil entes públicos, y 2 mil 500 privados muchos de los cuales -por no decir la mayoría- son inviables.
Todos y cada uno con sus particularidades requieren ser autosustentables, transparentes y con rendición de cuentas lo que resulta un tema obligado que tarde que temprano sino se atiende estalla.
He dixi