Para poder responder a la cuestión de ¿cómo vamos en cambio climático?, nada mejor que conocer las conclusiones de la COP27, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada recientemente en Egipto.
Como se sabe, participó México en voz del Secretario de Relaciones Exteriores anunciando el compromiso aplaudido, por cierto, de bajar las emisiones de carbono para el año 2030.
Dichas emisiones pasarían de 35 a 22 por ciento para lo cual no se requiere magia sino cumplir al pie de la letra con los protocolos y la metodología empleada a nivel internacional.
En este sentido, el compromiso fue duplicar la capacidad de generación de energía renovable y limpia a la par que se estimula la producción de carros eléctricos entre otras medidas.
Aquí hay un plan Sonora al respecto que conviene difundir para conocer mejor sus alcances y la manera cómo va a coadyuvar para reducir las emisiones de carbono mejorando la sostenibilidad del largo plazo en la materia.
Como dice la ONU: no hay país que escape al calentamiento global y mucho menos al cambio climático ya que sus efectos cada vez son más extremos, llámese sequias en el norte o huracanes en el sureste del país, no se diga incendios forestales en la sierra o deshielo en los polos.
Nadie escapa a veranos más calurosos ni inviernos más fríos y las temperaturas medias cada vez duran menos, lo que impacta nuestra alimentación y medio ambiente en suelo y agua.
Mucho carbón, petróleo, combustóleo y gas han disparado la contaminación del aire y contaminado los océanos y los campeones que emiten casi el 60% de las emisiones de carbono (CO2) son 4 China, Estados Unidos, Japón y Rusia.
Nosotros -como país- solo emitimos el 1.2% del CO2 del mundo, pero seguimos siendo parte del problema, pero también de la solución como se plantea en la conferencia de la COP27.
Luego entonces hay que bajar estas emisiones en Pemex y CFE que son las grandes productoras y emisoras de combustibles fósiles y por supuesto que toda esta música llegue a los oídos del Presidente de la Republica y su 4T.
Por lo pronto,va caminando en Puerto Peñasco, Sonora, una gran extensión de paneles solares en varias etapas con inversión de la CFE cosa que se ve prometedora no obstante insuficiente.
Digo insuficiente ya que, por otro lado, la Comisión Reguladora de Energía sigue aplicando sanciones y restricciones al desarrollo de nuevos proyectos y otros que siguen atorados con inversión privada.
No perdamos de vista que durante este sexenio de la 4T bajamos al sitio 63 de 107 países calificados para impulsar las inversiones limpias cuando antes del 2018 andábamos entre los primeros diez.
Si a esto le sumamos las broncas con el TMEC y demás claroscuros las cosas no pintan nada bien si realmente queremos cumplir la meta tan aplaudida del Canciller Marcelo Ebrard.
Mucho por hacer en esta materia para los años que vienen en producción de energía limpia, niveles de contaminación y emisiones de carbono ya veremos cómo aprovechamos sustentablemente el Litio sonorense y el sol de la entidad.
Acá sí cabe el refrán “ni chicha ni limonada” o aquel de “no raja ni presta el hacha”, que no es otra cosa que no dejar hacer ni dejar pasar una mejor política energética a la mexicana.
He dixi