La gran mayoría en este país, sabemos que la salud es una prioridad para los gobiernos sean del color que sean y que su gran objetivo es que casen ratones como dice el dicho.
Sin embargo, en el Presupuesto de Egresos de la Federación-PEF- 2025, las cuestiones de la salud no pintan nada bien dado los potenciales recortes que se avecinan por parte de la 4T.
Propios y extraños sabemos que nuestro país destina apenas un 2.5% del PIB a este sector cuando la media internacional y la recomendación de organismos como la OCDE señalan que debe ser un 6%.
Estamos ante un desafío enorme en esta materia de no menos 3.5 puntos si queremos avanzar hacia la cobertura universal en un país cuyo envejecimiento población va al alza.
La solución no es que la salud privada se encargue de la prestación de este servicio ya que no es nada barata sino todo lo contrario es altamente costosa tanto en materia de medicamentos como de cirugías sobre todo para una creciente población sin seguridad social.
Los especialistas en el sector están aterrados con las mochadas al presupuesto que por cierto es inequitativo y desigual para estados y municipios en programas de vacunación, materiales médicos y enfermedades degenerativas en general.
A estas alturas casi un 50% de los gastos médicos salen de nuestros bolsillos y no pueden ser compensados con los programas sociales clientelares del gobierno en turno que siguen a pie juntillas con los recortes de su antecesor.
Con una inflación medica mas del doble de la general y con los recortes anunciados no solo se verán afectados millones de familias, sino que además atentan contra la salud financiera de las empresas cuyas primas de seguros serán mas altas afectando su competitividad.
En consecuencia, querer hacer más con menos no es la receta ideal ya que vivimos una transición demográfica sin precedente en México donde la prioridad es la prevención y la atención primaria.
Lo menciono ya que en programas como la vacunación no se midieron con el recorte no se diga en enfermedades como la diabetes o el cáncer los cuales como sabemos son de las más recurrentes y a medida que se desarrollan resultan más costosas.
Luego entonces la prioridad está en la disponibilidad, prevención y calidad de la atención médica cuya población lo reitero, va hacia el envejecimiento, lo cual, requiere que las enfermedades crónico-degenerativas- sean atendidas en tiempo y forma.
Ahora bien, se está hablando de recortes por encima de los 100 mil millones de pesos cuando como botón de muestra mal abrochado el tren Maya está costando arriba de 500 mil millones de pesos y todavía se le asignan subsidios y derechos fiscales en demasía, vaya incongruencia presupuestal.
En pocas palabras con la salud no se juega y menos gravando a diestra y siniestra varias actividades como el tabaco y el alcohol las cuales resultan insuficiente para compensar dichos recortes.
No se vale que por ejemplo la población sin seguridad social más vulnerable en las condiciones actuales sufra de grandes recortes tratando de salvar los elefantes blancos que ya conocemos y que viven en la mayor opacidad.
Ya veremos con que más nos salen las actuales legislaturas que no le mueven muchas comas que digamos a lo que les envía el ejecutivo federal.
HE DIXI.