Por Germán Lohr
Vaya que la guerra entre Rusia y Ucrania ha provocado serias repercusiones inflacionarias en el mundo, tan solo en el tema del alza desmesurada en el precio de los energéticos y alimentos.
No pasaba la pandemia de Covid-19, después de dos largos y tediosos años en que parecía que poco a poco el mundo recuperaría su crecimiento económico, cuando se desata esta guerra que trae patas arriba la inflación, las tasas de interés y en consecuencia la caída del PIB mundial.
De nueva cuenta, los Estados Unidos asumen su papel protagónico en cuanto a liderazgo al convocar a más de 30 países a fin de ordenar a la baja el mercado de los combustibles haciendo uso de sus reservas estratégicas de petróleo.
Recordemos que el precio del barril de petróleo llegó a cotizarse en el mar del norte el tipo Brent cercano a los 140 dólares no se diga de otros tipos en el continente americano.
A estas alturas, la mayoría de los países industrializados pertenecientes a la Agencia Internacional de Energía-AIE- se encuentran reunidos para acordar las cuotas; es decir: los volúmenes y la asignación por país.
Por su parte, el gobierno de Biden ya anunció liberar durante los próximos seis meses un millón de barriles diarios de sus reservas que viene acumulando desde 1975 a fin de enfriar estas alzas y de paso bajar la inflación.
Ahora bien, en el caso de nuestro país en el que están por discutirse las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica, esta medida deberá hacernos reflexionar en la importancia de contar con la energía limpia, suficiente y a precios competitivos.
Tan solo basta observar cómo van cambiando los escenarios internacionales para darnos cuenta de la importancia estratégica de contar con este preciado insumo para todas y cada una de las actividades domésticas e industriales.
Un gran aliado lo sigue siendo el tratado de libre comercio, el T-MEC que sigue atento al tema de la generación, trasmisión, distribución y almacenamiento estratégico de nuestros recursos energéticos.
No olvidemos que para promover la inversión, no solo la ubicación y la mano de obra son suficientes ya que la logística de los nuevos mercados requiere de infraestructura energética suficiente para instalarse.
Se requiere sin duda el esfuerzo público y privado en este campo dado que se necesita cada vez más del recurso del agua y la energía dos insumos básicos que debemos cuidar y racionalizar.
Está bien querer fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad y la única manera es invertir no solo en generación de energía sino en todos y cada uno de los procesos básicos para generarla.
Hay que estar muy atentos a los próximos pasos que se den por parte de los actores políticos y dignificar el papel de los partidos de oposición ya que es relevante en esta coyuntura actual.
Ojalá más pronto que después se recorra el velo del misterio, enigma, acertijo en que nos tienen con los cambios de la Ley en discusión y que esta experiencia nos sirva para poner nuestras barbas a remojar.
He dixi.