La Fiscalía Antidopaje le impuso cuatro años de inhabilitación a Paul Pogba, como castigo por el positivo por testosterona que dio el pasado 20 de agosto en el duelo entre la Juventus y el Udinese en la Serie A.
El jugador, según la prensa italiana, había rechazado un acuerdo con la fiscalía, que habría reducido a la mitad la condena confirmada este jueves. En temporada actual, Pogba apenas sumaba 52 minutos en el verde (ante Bolonia y Empoli, en la segunda y tercera jornada de Serie A), tras un curso, el primero desde su regreso a Italia, sin apenas protagonismo.
En toda la temporada pasada, debido a una seria lesión a la rodilla por la que tuvo que renunciar al Mundial de Qatar, jugó solo 10 partidos y 161 minutos en total. Con la condena, la Juventus ya puede optar por rescindir su contrato, que en su balance pesa en torno a 8 millones de euros netos por temporada hasta 2026, reducidos a 2.000 euros mensuales desde que comenzó el juicio en el Tribunal Antidopaje.
El jugador rompió su silencio con un comunicado: “El veredicto es incorrecto. Estoy triste, en shock y con el corazón roto porque me quitaron todo lo que he construido en mi carrera profesional”. El francés anunció que “la historia se aclarará” cuando esté “libre de restricciones legales”, y que nunca tomó “a sabiendas ni deliberadamente ningún suplemento que infrinja la normativa antidopaje”.