Durante su conferencia matutina del martes 4 de marzo, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que la imposición de aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas por parte de Estados Unidos, decretada por Donald Trump, fue una medida tomada de manera unilateral, a pesar del tratado comercial existente entre ambas naciones.
En respuesta, anunció que su administración aplicará “medidas arancelarias y no arancelarias” y convocó a la ciudadanía a una asamblea en el Zócalo para detallar las acciones a seguir.
“Hemos decidido responder con medidas arancelarias y no arancelarias que anunciaré en plaza pública el próximo domingo. No es, de ninguna manera, el propósito iniciar una confrontación económica o comercial que desafortunada y lamentablemente es lo opuesto a lo que deberíamos de estar haciendo; es decir, integrar más nuestras economías para fortalecer nuestra región ante el avance económico y comercial de otras regiones”, expresó desde el Salón Tesorería.
Sheinbaum precisó que esta asamblea informativa se llevará a cabo el domingo 9 de marzo a las 12 del día en el Zócalo capitalino, donde expondrá las estrategias de su gobierno ante esta situación.
La mandataria calificó la decisión de Estados Unidos como “unilateral” y advirtió sobre sus repercusiones negativas tanto para empresas mexicanas como extranjeras que operan en el país: “Es inconcebible que no se piense en el daño que se va a causar, tanto a ciudadanos y empresas de los Estados Unidos por el incremento del precio en los artículos que se producen en nuestro país, como también el daño que se va a provocar por detener la creación de empleos en ambos países”.
Añadió que “nadie gana con esta decisión, por el contrario, afecta a los pueblos que representamos”.
Sheinbaum destacó los esfuerzos de México en la lucha contra el crimen organizado, incluyendo detenciones, decomisos, la disminución de homicidios y la entrega de 29 líderes delictivos a Estados Unidos, para luego afirmar: “No hay motivo, razón ni justificación que soporte esta decisión que afectará a nuestros pueblos y naciones”.
En este contexto, subrayó la postura mexicana: “Cooperación y coordinación, sí. Subordinación, intervencionismo, no. A México se le respeta, somos naciones iguales”, resaltando la colaboración en el combate al narcotráfico hacia territorio estadounidense.
La presidenta también hizo un llamado a Estados Unidos para que asuma su responsabilidad en la crisis de consumo de opioides, que ha cobrado numerosas vidas, considerándola un problema de salud pública que requiere atención.
Criticó la entrada ilegal de precursores de fentanilo a través de puertos y aeropuertos estadounidenses y señaló: “Es tiempo de que asumamos cada país nuestro compromiso, en Estados Unidos la crisis de consumo de opioides que se ha desatado, inició con la aprobación irresponsable de fármacos de la FDA”.