¿Quién no recuerda a Frida, la rescatista de la Marina en el sismo de 2017 en la Ciudad de México? La perrita raza labrador cumplió con su vida laboral y a los diez años de edad, en 2019, se jubiló.
La imagen de la perrita que encontró personas vivas entre los restos de los edificios derrumbados por el sismo del 19 de septiembre de 2017 y sus respectivas réplicas, con su visor y sus patitas protegidas dieron la vuelta al mundo y fue motivo de homenajes por su labor como uno de los binomios caninos que trabajaron tras la desgracia.
Su trayectoria como rescatista ha sido muy conocida, también cómo ha sido su entrenamiento y la actividad que tuvo en otros desastres naturales donde rescató a una docena de personas.
Es importante saber que la vida laboral de estos animales es de entre 7 y 9 años, pero Frida superó el promedio y el lunes 24 de junio de 2019 se jubiló a los 10 años de servicio.
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Ahora está en custodia permanente del Subgrupo de Control Canino de la Sección Tercera del Estado Mayor General de la Armada de México, de acuerdo con la Secretaría de Marina (Semar); se decidió que se quedara en el cuerpo naval porque muchos querían adoptarla.
“Todo mundo quería a ‘Frida’. Esa fue una de las principales cuestiones que orillaron a que la perrita se quedara en la Unidad Canina, donde ella permanezca ahí, esté a gusto ahí, se le dé la atención adecuada como a los demás perros y así evitamos cualquier problema. Iba a generar muchísima polémica por lo que representa la perrita”, detalló la Semar.
Al final de su vida laboral, los perritos solo pueden ser adoptados por personal de la Marina por la facilidad que representa estar con quienes los han conocido como sus manejadores o entrenadores.
De esta manera, se tiene la certeza de que los perritos jubilados tendrán los cuidados que necesitan y se sentirán a gusto por el tiempo que pasaron juntos y se compenetraron.
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A quienes quieren adoptar a los perros que sirvieron a la institución se les realiza un estudio socioeconómico porque los gastos que demandan son importantes.
La segunda opción, como sucedió con Frida, es que se queden en la Unidad Canina, donde también son muy bien atendidos, conforme a sus necesidades.
En el caso de Frida, su alimentación era alta en energía metabolizante y proteínas para estar en condiciones de realizar su trabajo como rescatista; ahora tendrá una dieta convencional acorde a su edad, hipocalórica para perros con actividad media, ajustada en forma gradual sin tantas proteínas, para cuidar su salud; informó la Secretaría de Marina.
Tras haberse convertido, al igual que sus compañeros rescatistas, en una de las heroínas de la tragedia que representó el sismo de 2017; Frida aprenderá a ser una mascota normal, será entrenada para ello. En términos médicos este proceso se llama desacondicionamiento o desrutinización.
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Frida será entrenada para que poco a poco se dedique a jugar, comer y dormir; cuando estuvo en servicio su rutina consistía en levantarse, hacer ejercicios, desayunan, se desestresaba en el paso, donde hacía sus necesidades y luego realizaba prácticas de obediencia.
Fuente elfinanciero.com.mx