El papa Francisco, líder de la iglesia católica, regresó este miércoles a las audiencias generales en presencia de los fieles y no de manera virtual, como lo había hecho desde octubre de 2020.
El religioso dijo estar feliz de poder ver a las personas de manera física pues “no es bonito hablar ante nada o una cámara”.
Agradeció a monseñor Leonardo Sapienza, encargado de organizar las audiencias, por estar de forma presencial con alrededor de 300 fieles.
Esta audiencia se celebró en el patio de San Dámaso, en el interior del Palacio Apostólico, y no en la plaza de San Pedro, para reducir el número de participantes y poder observar las indicaciones sanitarias previstas.
A ese lugar llegó en auto y sin cubrebocas, mantuvo la sana distancia con los fieles y recibió regalos, también bendijo a una mujer que estaba en silla de ruedas, en la primera fila.
Durante la catequesis el Papa reflexionó sobre la oración, como había hecho en las anteriores, y contó la historia de un padre que, pensando que iba a perder a su hija, pasó toda la noche “peleando”, rezando a Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, para que hiciese un milagro: “Lo he presenciado, la oración hace milagros, porque va directa a la ternura de Dios”, dijo.
Por último, Francisco destacó que “rezar no es algo fácil. Cada vez que queremos hacerlo enseguida nos vienen a la mente muchas otras actividades, que en ese momento parecen más importantes y más urgentes” y advirtió que no se puede rezar “como un loro”.
Fuente vanguardia.com.mx
