Iris Apfel falleció el día de ayer dejando de luto la industria de la moda. La artista fue influyente hasta en sus últimos años, dejando un legado inigualable. La noticia de su fallecimiento se compartió el viernes 1 de marzo a través de sus plataformas sociales, marcando el final de una vida dedicada al arte, la creatividad y la autenticidad.
Nacida el 29 de agosto de 1921 en Queens, Nueva York, Apfel dejó una marca indeleble en el mundo de la moda y el diseño de interiores. Con estudios en historia del arte, comenzó su carrera en la revista Women’s Wear Daily antes de conquistar la escena del diseño de interiores. En 1948 se casó con Carl Apfel, un comerciante textil, y juntos forjaron un legado que perdurará en la historia de la moda.
Reconocida por su estilo único, rebosante de color y piezas eclécticas, Iris Apfel se convirtió en un ícono de la moda. Sus famosas gafas y brazaletes XL eran inseparables de su imagen distintiva. En 2005, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York le rindió homenaje con una exposición pionera titulada “Rara Avis: Selecciones de la colección de Iris Apfel”, destacando su extravagante y fascinante guardarropa.
“Es una de las figuras más vivaces del mundo de la moda, los textiles y el diseño de interiores”, expresaron en la exposición, elogiando su habilidad para combinar alta costura con hallazgos de mercados de pulgas, y fusionar diferentes épocas y estilos sin restricciones estéticas.
La vida de Apfel también se inmortalizó en el documental “Iris” dirigido por Albert Maysles en 2015, y en su libro “Iris Apfel: Accidental Icon” lanzado en 2018. A lo largo de los años, trabajó como imagen para diversas marcas, firmó con la agencia de modelaje IMG a la edad de 97 años, y dejó su huella en líneas de maquillaje, lentes y joyas.