El evento que ha venido ocupando los principales espacios informativos y de opinión es, sin duda, la “ocupación temporal” ejecutada el pasado viernes, 19 de mayo, por parte de la Secretaría de Marina de las vías de Ferrosur, empresa que forma parte de Grupo México en su división Transportes (GMXT).
En un comunicado difundido el pasado domingo, la empresa calificó de “sorpresiva e inusitada la acción militar que ejecutó personal de la Marina el pasado viernes, a pesar de la cual GMXT sigue dialogando para buscar una solución en el marco del Estado de Derecho y con viabilidad para las partes”.
Asimismo, sostuvo que en la mañana del día 19, cuando se sorprendió a la empresa con la publicación del decreto de ocupación en el Diario Oficial y con la entrada de personal armado a los patios ferroviarios, estaban agendadas reuniones de trabajo entre las partes para avanzar en la negociación. Es decir, había pláticas entre Grupo México y el gobierno federal para llegar a un acuerdo antes de esto que para muchos especialistas en la materia es, ni más ni menos, que la antesala de la expropiación de ese tramo ferroviario de 120 kilómetros que va de Coatzacoalcos a Medias Aguas, en el estado de Veracruz.
En dicho comunicado, GMXT revela también que se continúa analizando los alcances y efectos del decreto de ocupación, a fin de determinar las acciones que deba emprender.
Mala señal para la inversión
La preocupación por esta decisión del gobierno federal ha ido escalando en las últimas horas.
Primero fue el Consejo Coordinador Empresarial quien expresara su preocupación por el decreto publicado el pasado 19 de mayo y destaca: “los empresarios externamos nuestra profunda inquietud por los efectos negativos que este tipo de decisiones generan en la confianza de invertir en México y de generar empleos, en un momento de grandes oportunidades”.
Hoy es el Consejo de Empresas Globales la organización que también externa su inquietud por la toma de las vías de Ferrosur, acción que, afirma, “representa un grave riesgo para la imagen del país en el corto y largo plazo” y agrega que este hecho “envía un mensaje equivocado porque pone en duda el respeto a las garantías constitucionales y a los marcos jurídicos que protegen la inversión”.
Por otra parte, varios especialistas han referido también que la reciente medida de ‘ocupación’ anunciada por el gobierno mexicano podría derivar en quejas y demandas ante los tratados internacionales en caso de tener capital extranjero.
Y es que en el caso de que existan inversionistas de Estados Unidos y/o de Canadá, el asunto entraría en el ámbito del T-MEC, sin importar el porcentaje de participación.
Como vemos, pues, el asunto rebasa -y por mucho- a un conflicto entre AMLO y Germán Larrea y adquiere tintes de preocupación internacional.
Sube de tono nivel autoritario de AMLO
Para el país es sumamente preocupante este nuevo nivel que alcanza el proyecto autoritario de López Obrador.
Y es que no solo la oposición, sino que hasta sus mismos seguidores recuerdan bien la promesa de campaña en 2018 en el sentido de que no habría expropiaciones. Hoy, fiel a su librito, se desdice en los hechos sin el menor rubor.
La acción ejecutada por marinos armados impregna de militarismo las acciones del gobierno, inhibe la confianza en el país, merma la certidumbre que requieren las inversiones y nos regresa al pasado.
Por si lo anterior no fuera suficiente, ayer López Obrador ordenó la expropiación de terrenos en el Estado de México para ampliar el tren suburbano hacia el AIFA. De esta forma toma el control de más de 113 mil metros cuadrados, un área que formará parte de la ruta que conectará Ciudad de México con el aeropuerto ‘Felipe Ángeles’.
¿Alguien duda cuál es la ruta?
Ya nada más falta que salgan los gobernadores de Morena con su desplegado aplaudiendo la ocupación de las vías de Ferrosur y la expropiación de esos 113 kilómetros que llevan al AIFA.
La Tijera es un texto confeccionado con recortes que aporta el staff de colaboradores de sergiovalle.mx
Cuidado con aquel que ande descosido.