El exdirector de Petróleos Mexicanos, Pemex, Emilio Lozoya Austin, acudió a una audiencia en línea para responder por los cargos de sobornos en el caso Odebrecht.
Esta es la segunda ocasión que se enfrenta a un proceso similar, pues el martes lo hizo por el caso Agro Nitrogenados, por el que fue vinculado a proceso pero con el beneficio de no estar preso, sino portar solamente un brazalete electrónico.
El exfuncionario federal de la administración de Enrique Peña Nieto asegura que en España, pidió que se agilizara su extradición como un acto voluntario para colaborar con las autoridades mexicanas.
La Fiscalía General de la República, FGR, señala que a Lozoya se le imputa “el delito de cohecho cuando siendo director de Pemex se reunió con representantes de Odebrecht y le solicitaron apoyo para resultar beneficiados en contratos de obras públicas”.
Asismismo señala que el imputado recibió 10.5 millones de dólares por sobornos y que “se asoció con su madre, esposa y otra persona con el propósito de delinquir”.
Por su parte Emilio Lozoya asegura no ser “culpable ni responsable de los hechos que se me imputan” en el caso Odebrecht y manifestó al juez que “con relación a los hechos que se me imputan fui intimidado, presionado, influenciado e instrumentalizado”. Ante ello añadió que “denunciaré, señalaré a las personas responsables de estos hechos y los posibles beneficiarios de los mismos”.
Al hacer uso de la palabra en la audiencia virtual, a la que no puede acudir por cuestiones de salud, Emilio Lozoya pidió que queden reservados sus datos personales, “por lo que ahora será mencionado como ERLA” y confirmó a sus representantes legales y los designó como sus abogados, mismos que protestaron el cargo de abogados defensores.
Cabe señalar que desde que fue extraditado de España, el 17 de julio, Lozoya Austin se encuentra internado en el Hospital Ángeles del Pedregal.
El exdirector de Pemex fue diagnosticado con una “anemia severa” y problemas en el esófago, por lo que de inmediato fue llevado al nosocomio ubicado al sur de la Ciudad de México, por lo que la Fiscalía General de la República (FGR) montó un distractor para la prensa, con la finalidad de que los representantes de los medios de comunicación acudieran al Reclusorio Norte, a donde tendría que haber sido llevado.
Fuente infobae.com.mx