Por Germán Lohr
Recientemente se entregó, por parte del secretario de Hacienda Ramírez de la O, el Paquete Económico para 2023 que contiene -en términos llanos- los ingresos fiscales, el gasto y el endeudamiento proyectado del Sector Publico.
Antes como antes y ahora como ahora será discutido y aprobado próximamente no sin ser revisado y criticado por la comentocracia mexicana cuyas valoraciones respecto a su contenido son muy necesarias.
En términos de expectativas racionales y sin ir muy lejos sabemos ya que este año andaremos bastante retirados de los números de Hacienda en cuanto a dos variables macro como son el PIB y la Inflación proyectada.
Recordemos que se estimaba crecer un 4.1% y, si bien nos va, llegaremos a la mitad o menos,1.4%. Lo mismo sucede con la inflación estimada en 3.4% y cerrando arriba quizá del 8%.
El año que viene las proyecciones del PIB son por el estilo: 3% estimado en el papel y el 1.5% en la realidad. Una inflación estimada por Hacienda en 3.2% y por el Banco de México en 4.66%, lo que me lleva a decir, que, qué bueno que el Inegi no hace proyecciones.
Pero bueno, ahora si las conjeturas de Ramírez de la O no han sido respaldadas más que por sus mismas huestes y algunos no todos los partidarios de Morena.
Con un Presupuesto de Egresos de 8.3 billones, un billón más que en el presente año y un déficit fiscal similar que no es otra cosa más que deuda pública se pretende hacer frente a los compromisos y varios sueños guajiros establecidos por la 4T.
Con razón ya se está hablando de futuros recortes o ajustes del gasto para el año que viene ya que estos escenarios no son del todo realistas dada la inestabilidad global, una posible recesión en los Estados Unidos y lo endeble de nuestras finanzas públicas.
Al respecto, no debemos olvidar, por un lado, que los aumentos de tasas de interés y la misma inflación estarán presionando fuertemente el costo financiero de la deuda pública y privada y por el otro lado, serán una amenaza y erosión para la recaudación tributaria.
Al mismo tiempo, es justo reconocer que no todos los sectores económicos en el país gozan de cabal salud, cualquiera que revise el comportamiento por ramas del PIB se dará cuenta de lo que digo.
Hay sectores del T-MEC como la manufactura que crece a muy buen ritmo por encima del 7% este año sobre todo en alimentos, aparatos eléctricos y en menor medida el renglón automotriz.
Sin embargo, muchos otros andan por la calle de la amargura léase el sector de la construcción con fuertes retrocesos no se diga la minería o el sector eléctrico.
En fin, hay de todo en las viñas del señor y no está nada sencillo lanzar proyecciones a diestra y siniestra sin respaldo y menos con tintes electoreros como se pretende en este sexenio.
Viridiana Ríos analista en su columna de Milenio pro 4T ya nos asegura que ningún secretario de Hacienda se había atrevido a tanto en materia de proyecciones como Ramírez de la O.
Que vaya que lo obligará a hacer recortes debido a que no podrá cumplirse la recaudación de ingresos proyectada y menos sin nueva miscelánea fiscal o nuevos impuestos lo cual traerá recortes futuros al gasto no a los emblemáticos proyectos claro está.
Pero si, quizá 78 mil millones anticipa esta cifra de recorte, quizá sea poca y se quede corta y llegue a ser del doble como las expectativas propuestas. Ya veremos.
En suma, hay que ver con cierto cuidado estas expectativas y no echar las campanas a vuelo, ya que un globo no hace la fiesta.
He dixi