Con información de El País
Con el rifle en mano, un grupo de 20 menores de edad se ha sumado este miércoles a las filas de las autodefensas en Ayahualtempa, en el Estado de Guerrero. La policía comunitaria de la zona, un cuerpo armado conformado hace 28 años por pobladores de 16 municipios del sureste de Guerrero e integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y Pueblos Fundadores (CRAC), tomó protesta a los nuevos miembros a pocos días de que un grupo armado secuestrara a cuatro personas de la comunidad nahua. La impactante imagen de niños de entre 12 y 17 años cargando un arma pone el foco en las autoridades, que han dejado desamparadas a múltiples comunidades asediadas por el crimen organizado.
Como si de militares se tratara, un adulto le grita a los 15 varones y cinco niñas formados en una cancha deportiva que se mantengan firmes. Los niños, con el rostro tapado, responden. Luego elevan el arma que tienen en las manos y la colocan en sus hombros. Algunos de ellos no sobrepasan el metro de altura, todos van vestidos con una camiseta verde militar, con la leyenda “Policía comunitaria”. No son los primeros niños en sumarse a las autodefensas en México, pero cada vez que se promociona un nuevo plantel de menores de edad, la sociedad y las redes sociales estallan. La CRAC ha justificado la drástica medida con el reclamo de la ineficiencia de las autoridades. Han asegurado además que solo harán tareas de vigilancia.
La policía comunitaria de esta región ha hecho frente desde hace varios años a los cárteles de la droga y las organizaciones delictivas que operan en uno de los sitios más pobres del país. El último conflicto que han sufrido ha sido el secuestro de un matrimonio y sus dos hijos el pasado 19 de enero, cuando la familia se encontraba trabajando su ganado. Los pobladores han apuntado contra el grupo criminal Los Ardillos, uno de los grupos delincuenciales que se disputa el narcotráfico en esa entidad. Los operativos de las fuerzas estatales y federales no han logrado dar en seis días con los secuestrados, lo que ha empujado a CRAC a tomar medidas y quejarse públicamente, según han explicado.
El crimen organizado no ha parado de asediar a algunas comunidades en Guerrero. Dos grupos de la delincuencia, La Familia Michoacana y Los Tlacos, paralizaron esta semana el pueblo turístico de Taxco, tras el asesinato de un chofer del transporte público y el homicidio de dos policías de la Fiscalía estatal, cuyos cuerpos fueron hallados junto a una carretera este miércoles. Acapulco, que aún se recupera del huracán Otis, pasa por una situación similar. Desde hace semanas cuenta con un transporte público a medias, porque los trabajadores, cansados de la violencia y las amenazas, no quieren volver a sus puestos.
La gobernadora, Evelyn Salgado, ha intentado acallar las críticas con la salida de su secretario de Seguridad estatal, Evelio Méndez, que renunció en plena ola de violencia alegando problemas médicos. Este jueves, cuando todos los medios reportaban la conformación del Ejército de niños soldados, Salgado presentaba en un acto público al nuevo titular de la Secretaría, Rolando Solano Rivera. Lo hacía acompañada del jefe del Ejército, Luis Cresencio Sandoval, y de la secretaria de Seguridad federal, Rosa Icela Rodríguez, quien felicitó a Méndez por su trabajo y aseguró que tendrá algún lugar en la Administración pública como resarcimiento.