El gobierno de Estados Unidos ha establecido que a partir de noviembre permitirá el ingreso al país a los extranjeros que cuentan con el esquema completo de vacunas contra el Covid-19.
Las vacunas deberán ser autorizadas por la OMS y la FDA, dejando por fuera de esta manera a 13.5 millones de latinos que fueron inoculados con Sputnik V, pues no cuenta con el aval de estos organismos.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, FDA, aprobó las vacunas Pfizer, Moderna, Johnson & Johnson, AstraZeneca, Sinovac y Sinopharm (producida en Beijing).
Por su parte, de la Sputnik V se han aplicado alrededor de 27 millones 07 mil 600 dosis en países de América Latina como Argentina, Bolivia, Honduras, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay y Venezuela.
Brasil tiene negociadas 800 millones de dosis de la vacuna rusa y Perú 40 millones; no obstante, se desconoce si ya fueron aplicadas a la población.
El 11 de agosto de 2020, el Ministerio de Salud de Rusia autorizó la vacuna Sputnik V, cuando aún no se habían publicado los resultados de los ensayos de fase I y II, y los de fase III –donde participan miles de personas para ver si realmente protege– no habían comenzado.
La vacuna recibió un espaldarazo en febrero pasado, cuando un análisis provisional de los ensayos de fase III, publicado en The Lancet, mostró que tenía 91.6% de efectividad para prevenir el COVID-19 sintomático y 100% de eficacia para prevenir enfermedades graves.
El subdirector del a Organización Panamericana de la Salud, OPS, Jaime Barbosa, señaló que desde junio está suspendido el proceso para que la OMS autorice el uso de emergencia de la vacuna Sputnik V, debido a que se encontró en Rusia una planta productora cuyas condiciones para fabricarla no tienen excelencia.
Fuente heraldodemexico.com.mx