Cientos de médicos psiquiatras alertaron en la semana contra los síntomas de “trastorno de personalidad-narcisimo maligno” del exmandatario y candidato republicano Donald Trump, por lo que afirmaron que es “totalmente inadecuado para el liderazgo”.
Los 225 profesionales sacaron un mensaje de una plana en el diario estadounidense “The New York Times”.
“Como profesionales de la salud mental, tenemos el deber ético de advertir al público que Donald Trump es una amenaza existencial para la democracia. Sus síntomas de trastorno de personalidad grave e intratable (narcisismo maligno) lo hacen mentiroso, destructivo, engañoso y peligroso. Es totalmente inadecuado para el liderazgo”, indicaron.
Añadieron que “los detractores objetan que los profesionales de la salud mental no podemos emitir un diagnóstico de ese tipo sin examinar primero al paciente”, y citan la “regla de Goldwater”.
“Creemos que tenemos el deber ético primordial de advertir al público del peligro que representa este individuo. La historia nos ha enseñado que, en tales circunstancias, no decir nada nunca es la opción más ética”.
Siguieron: “Desde que se adoptó la regla Goldwater, el campo ha modernizado el sistema de diagnóstico del DSM -(Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM V) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría)-, que se basa exclusivamente en “criterios de conducta observables”.
Durante muchos años, todos hemos observado miles de horas de la conducta de Trump, reforzada por las observaciones de docenas de personas que han interactuado con él personalmente. Utilizando el DSM V, es fácil ver que Trump cumple con los criterios de conducta del trastorno de personalidad antisocial. Incluso un no clínico puede ver que Trump muestra un patrón de vida de “incumplimiento de las normas y leyes sociales”, “mentiras reiteradas”, “desprecio temerario por la seguridad de los demás”, “irritabilidad”, “impulsividad”, “irresponsabilidad” y “falta de remordimiento””.
“Debido a su sadismo, los narcisistas malignos suelen obtener placer al infligir sufrimiento a los demás porque no toman en cuenta las emociones y el bienestar de otras personas, especialmente de sus supuestos enemigos. Por ejemplo, según relatos de primera mano, Trump vio durante tres horas por televisión la violencia que desató el 6 de enero con “alegría”, y volvió a mirar sus partes favoritas “una y otra vez” en “rebobinado”.
Concluyeron que “las personas que padecen enfermedades mentales no tienen más probabilidades de ser peligrosas que la población en general. El narcisismo maligno es la excepción más rara.
“Sin lugar a dudas, los narcisistas malignos han sido los líderes más grandiosos, paranoicos y asesinos de la historia. Inevitablemente, su comportamiento se intensifica hasta que pierden por completo el control y terminan destruyéndose a sí mismos y a las naciones que dirigen.
“Como profesionales de la salud mental, sentimos el deber desesperado de advertir a nuestros conciudadanos de este inminente peligro público catastrófico antes de que sea demasiado tarde”, remataron.