El ganador de la medalla de oro en la marcha de 20 kilómetros en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84, falleció a los 61 años a consecuencia de cáncer en hígado y páncreas.
El 3 de agosto de 1984 el marchista mexicano, con el número 632, rompió la marca de los 18 kilómetros con tiempo de una hora con 18 minutos y 38 segundos, récord que tardó diez años en alcanzarse.
Detrás de él llegó Raúl González, otro mexicano que se consagró en esa misma justa olímpica en la competencia de 50 kilómetros.
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Canto fue el atleta mexicano que lo ganó todo. Entre 1982 y 1984 triunfó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, los Panamericanos, el Campeonato Mundial y, finalmente, el oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. La década de los ochenta consagraron su trayectoria a nivel mundial, en 1983 fue galardonado por la Asociación Internacional Federaciones de Atletismo (IAAF, ahora World Athletics) con el premio a mejor deportista de su disciplina.
Después de él no hubo campeones mexicanos en esta disciplina hasta 2016 y 2018, cuando subió al podio Lupita González en los mundiales de roma y Taicang China.
Ernesto Canto, tras retirarse en 1989, decidió involucrarse en la administración pública. Fue director adjunto de las actividades deportivas y recreativas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estuvo al frente de la división de Cultura Física y Deporte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de actividades deportivas en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).
El triunfo de Ernesto Canto en Los Ángeles 1984 fue cuestionado. La extinta Unión Soviética renunció a participar en los Juegos Olímpicos debido a la tensión con el anfitrión, Estados Unidos. La gallardía del mexicano pudo más sobre sus competidores desde un año antes cuando conquistó el Mundial de marcha y ningún atleta soviético pudo quitarle el primer lugar. La resistencia de Canto deja una huella indeleble en el atletismo.
Fuente elpais.com