Aunque Daniel Bisogno destacó principalmente como conductor, su pasión por la actuación fue una constante en su vida, heredada desde muy pequeño y alimentada por su amor al teatro.
De hecho, los escenarios fueron testigos de una de sus últimas apariciones públicas. Sobrino de Angélica Ortiz —madre de Angélica María y abuela de Angélica Vale—, Daniel dio sus primeros pasos en la actuación junto a ellas en el musical Los tenis rojos.
A partir de los primeros años del siglo XXI, su carrera teatral cobró mayor fuerza, enfocándose en el género de la comedia.
Participó en obras como El Sirenito, A oscuras me da risa y El tenorio cómico, colaborando frecuentemente con el productor Alejandro Gou, con quien mantuvo una alianza artística durante 15 años.
Esta dupla también dio vida a su última puesta en escena, Lagunilla mi barrio. En esta obra, Bisogno encarnó al esposo de la Jarocha, una joven atractiva del vecindario, interpretando a un hombre celoso que la controlaba.
Su última actuación en este montaje ocurrió hace siete meses, tras reincorporarse a la temporada antes de someterse a un trasplante de hígado, momento en que el público lo acogió con un cálido y prolongado aplauso.
“Disfruto la vida mucho más, disfruto plenamente el poder hacer lo que amo, hacer el programa de televisión, la obra de teatro, pero, sobre todo, estar vivo. La lección es que hay que vivir la vida, ser feliz, cuidarse, disfrutar cada segundo y siempre con buena actitud, con una sonrisa porque eso ayuda y es medicina pura”, fue lo que declaró Daniel Bisogno en esa ocasión.