Por Germán Lohr
El término nearshoring se refiere a la relocalización de negocios o de la producción mundial, muy en boga en esta época convulsa que vivimos. Se hace por varias razones que conviene enumerar.
Al respecto, destaco un reporte reciente del Banco de México -Banxico- que enumera entre otras la crisis de Covid, los eventos de la guerra de Ucrania-Rusia, así como las complejas tensiones entre China y los Estados Unidos.
Dichas razones obviamente nos han caído como anillo al dedo sobre todo desde el año pasado y donde la región norte ha sido la joya de la corona en el renglón de las manufacturas tanto en producción como nueva inversión extranjera directa.
Nada mal, dirán algunos, dada la cercanía con Estados Unidos y Canadá y las reglas de origen del T-MEC que han jugado a nuestro favor y que -ni dudarlo- debemos ampliar y aprovechar mejor.
La región norte y centro norte han sido las más beneficiadas de acuerdo al presente reporte ya que juntas concentran alrededor de 36% de esta relocalización de empresas a diferencia del centro y sur del país con 27%.
Las mismas empresas destacan que tanto las tensiones comerciales con China y las reglas de origen han sido los factores de poder que han permitido acrecentar mayor inversión en este último año a pesar de las malas vibras del gobierno en turno de la 4T.
Ojalá, más pronto que después, nos informen tanto la Secretaria de Economía nacional como la estatal cómo andamos en esta materia; más aún cómo aprovechar el impulso de la producción de semiconductores, ventana de oportunidad que necesitamos valorar en su justa dimensión acá en Sonora.
Entiendo que no todo estriba en la industria manufacturera que goza de amplias ventajas; empero, lo reitero, sin descuidar todo lo que falta por hacer en cuanto a la inseguridad no se diga al costo creciente de insumos como la energía y el transporte.
Ciertamente hay mucho por hacer en cuanto a infraestructura en general, tanto en puertos como en carreteras y aduanas, aunque no hay que dejar de lado y mucho menos despreciar rubros como la educación, la salud y la ciencia y tecnología.
Esperemos que se logre mayor inversión pública y privada para todo el país en estos años que le restan a la presente administración, que deberá invertir en proyectos rentables y viables que se traduzcan en efecto multiplicador de todas y cada una de nuestras regiones.
Todo esto configura una buena sincronía tanto en tiempos y distancias con la frontera como en materia de rentabilidad. Si se desea optimizar las cadenas productivas y lograr una mayor recuperación de la inversión y el empleo no hay otro camino si queremos recuperar el tiempo perdido.
He dixi.