Algunos enredos

Foto: Secretaría de Salud

En Morena viven un complejo proceso interno para la selección de sus candidaturas a ayuntamientos y Congreso del Estado.

El viernes, en Cajeme, morenistas marcharon en protesta por lo que aseguran es la imposición del diputado federal Javier Lamarque Cano, quien ya fue alcalde de 1997 a 2000, pero por el PRD.

Quien parece estar ejerciendo un contrapeso al interior de ese partido es un señor de nombre Andrés Salas, que ya mereció la atención de Jesús Valencia, el poderoso operador político de Alfonso Durazo.

Ese municipio está convertido en un singular laboratorio electoral.

En el caso de Morena, según me ha comentado mi colega Rosa Lilia Torres, a Salas parecen haberlo convencido de ser el coordinador de Durazo en ese municipio, para que se baje de la competencia y dejen pasar a Lamarque. Un acuerdo que parece haberle sacado el señor Valencia.

Definitivamente, el alcalde morenista de Cajeme, Sergio Pablo Mariscal, no es factor… Ni para bien ni para mal.

Hermosillo en cambio, está resuelto. Quedó claro que no había que venir a inventar el agua hervida y los fríos números indican que es Celida López Cárdenas la única que le da alta competitividad a la marca y le lleva votos al candidato a Gobernador.

Rodrigo Bours Castelo consiguió la candidatura independiente, mientras que Abel Murrieta tiene en la bolsa la de Movimiento Ciudadano y de ese modo Ricardo Bours tendrá dos candidatos a la alcaldía de Cajeme.

El poderío político y económico de RBC va a complicarles mucho las cosas a Durazo y a Ernesto Gándara, porque esa es su plaza y va a jugar a ganarla.

Anabel Acosta será una buena candidata de “Va por Sonora”, pero el escenario al que se enfrenta es complejo frente a la pulverización de los votos que se prevé.

Y bueno, en el caso de Hermosillo el panismo decidió que Antonio Astiazarán será candidato a la alcaldía de Hermosillo por esa misma alianza; un tejido fino, necesario, urgente e inevitable para que la figura de Toño transite por el PRI.

Foto enfoquedelanoticia.com

El gran reto

A partir del viernes empezaron a implementarse operativos en los puntos turísticos de Sonora, en donde intentarán controlar a los miles de vacacionistas que ya empiezan a abarrotar playas, hoteles y lugares campestres y rurales.

Temo que eso se va a salir de control, porque definitivamente no creo que ninguno de los tres niveles de gobierno tenga la capacidad logística y el personal capacitado suficiente para poner el orden ideal.

No desestimo el esfuerzo, no. Pero siendo realistas, esto fácilmente puede salirse de control. Apenas el viernes, al filo de las 5:00 de la tarde ya la fila de vehículos para entrar a San Carlos se extendía por kilómetros.

Pero es ahí, en estos temas, en donde se encuentran las prioridades de la gente en estos momentos: El efímero verde del semáforo epidemiológico encendió los ánimos de la gente encerrada por meses enteros y simplemente vieron ahora una razón suficiente para acabar con el encierro y lanzarse a los lugares de paseo.

Foto: Secretaría de Salud

Una familia de cinco integrantes necesitaría en promedio 4 mil pesos para hacerse una prueba PCR, sumado a los gastos que ya se hacen para salir de paseo.

Y la verdad es que la inmensa mayoría de gente en Sonora se lanza de paseo en sus carritos convertidos en latas de sardinas y con un promedio de 200 o 300 pesos por persona para gastar.

Obvio que no se van a gastar lo que cuestan las pruebas, para empezar porque no tienen esas cantidades.

Al final todo va a quedar en manos de la gente y su capacidad de ser conscientes, responsables y capaces de mantener las reglas sanitarias.

El esfuerzo de los gobiernos por inhibir la salida de la gente es necesario, pero no será suficiente.

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