Vaya que resulta complicado echarse un clavado al sistema educativo en México y evaluar lo realizado a lo largo del sexenio de la 4T.
Seguimos de entrada con la misma inercia de acuerdo a datos recientes que concluyen que de cada 100 niños que ingresan a primaria solo 26 egresan de licenciatura, cifra demoledora para tirios y troyanos.
Va de nuevo de cada 100 que ingresan a primaria 95 la concluyen, pero solo 92 ingresan a la secundaria y de estos solo la terminan 78, problema por cierto que tiende a agudizarse a lo largo de la trayectoria educativa.
Y vaya que se agudiza ya que en la preparatoria solo egresan 53 de los cuales 39 empiezan una licenciatura que solo terminan 26.
Sin duda el gran cuello de botella está en el bachillerato sostienen los expertos los cuales argumentan varias razones de peso respecto de esta alta deserción escolar la que además se vio agudizada con la pandemia de COVID.
Pero bueno, la alta deserción se debe en un buen porcentaje a la falta de recursos económicos de las familias, ello a pesar de las becas estudiantiles que el gobierno federal ofrece a diestra y siniestra lo cual per se, no garantiza la permanencia en la escuela.
Sin embargo, no es la única razón la carencia de recursos también lo son los bandazos en las altas esferas burocráticas y el desinterés, por ejemplo, de no hacer evaluación educativa como se debe.
En pocas palabras algo seguimos haciendo mal en el tema educativo en la nueva escuela mexicana y traemos un botón mal abrochado como explicaremos con PISA más adelante.
Sin evaluación lo reitero, se desconoce cómo se trasmite la enseñanza en el aula y por qué no se aprende, que sucede realmente con los planes y programas, si hay o no estrategias de focalización adecuadas o bien cuáles son las complicaciones y barreras del aprendizaje en el aula.
Claro está que sea el bachillerato donde la puerca torció el rabo en términos de deserción y los focos rojos están en los índices de reprobación de materias, así como en el ausentismo de alumnos y maestros.
Cifras del 2022 del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes-PISA-que realiza la OCDE destacan el rezago educativo creciente que venimos cargando, que para colmo y como anillo al dedo se vio agudizado con la pandemia.
De 81 países evaluados quedamos en el lugar 51 de tal manera que las habilidades de los estudiantes de 15 años en materias como matemáticas, lectura y ciencias están por los suelos y para el 2025 será incluida en la prueba el inglés, ay nanita.
Ahí están, como la puerta de Alcalá más de dos décadas en cifras de esta prueba donde seguimos siendo de los peor evaluados en ciencias, matemática y lectura.
Eso sí, en este sexenio hay que exhibirlo nos fue peor y a las pruebas me remito.
Ahora nos dicen que estos parámetros son neoliberales, pero ni modo, gracias a la nueva escuela mexicana somos ya el tercer país de la OCDE peor evaluado comparado con países ricos.
Y también con países no tan ricos como Argentina, Perú, Brasil, Chile, Colombia o más pequeños como Guatemala, el Salvador Costa Rica entre otros.
En suma, a evaluar se ha dicho y los candidatos tienen la palabra ya que este asunto es de interés nacional y deberá ser prioritario gane quien gane.
Por lo pronto, apoyemos la realización de la prueba PISA 2025 y de sus resultados partamos.
HE DIXI.