John Kronstadt, juez superior del Distrito Central de California, ordenó que se reabriera el caso del asesinato del agente encubierto de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.
La decisión se debe a que el juzgador recibió documentos que demuestran inconsistencias en el proceso judicial contra el expolicía Raúl López Álvarez, quien fue sentenciado por el caso.
La documentación presentada por la defensa del exoficial probó que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) utilizó evidencias falsas que llevaron a la afectación del proceso de su cliente.
“Dado que el último juicio contra el acusado ocurrió hace más de 34 años, el Gobierno necesitará tiempo adicional para ubicar testigos y pruebas, debido al paso de un tiempo significativo”, detalló el juez Kronstadt.
Las evidencias que llevaron a los acusados del crimen fueron presentadas por Michael Malone, entonces jefe de la Unidad de Pelos y Fibras del Laboratorio de esa entidad de investigación.
Durante el proceso el testimonio de Michael Malone “fue fundamental para que el jurado decidiera imponer una sentencia extrema al mexicano (…) pero Malone urdió una de las mentiras científicas más grandes con el caso Camarena, que una vez descubierta da pie a las nuevas revisiones”.
Fuente vanguardia/ Milenio