Es como abrir “la caja de Pandora”. Así se refirió la presidenta de la comunidad judía de Múnich al hecho de que saliese a la luz una nueva edición comentada del Mein Kampf (“Mi lucha”), de Adolf Hitler.
Un año después, esta versión crítica de la biblia del nacionalsocialismo que firma el Instituto de Historia Contemporánea de Múnich (IfZ) se ha convertido en un bestseller.
Según datos facilitados por el propio ente, hasta el momento ha vendido 85 mil ejemplares y está previsto que a finales de enero se imprima la sexta edición de la obra que tira por tierra, a través de comentarios científicos, el considerado como el manifiesto político más importante escrito por Hitler.
En abril del pasado año, tres meses después de su publicación, la versión crítica del Mein Kampf se situó en el puesto número uno de la lista de libros más vendidos que elabora el semanario Der Spiegel.
La noticia sorprendía incluso a los propios autores de la obra, que nunca pensaron en que un texto científico lograría colarse en este tipo de récords literarios.
“Nos hemos visto superados por estas cifras de ventas”, asegura el director del IfZ, Andreas Wirsching, en declaraciones a la agencia alemana de prensa dpa.
El hito logrado también le ha servido al Instituto muniqués para ganar en presencia internacional. Los empleados de la institución han participado en los últimos doce meses en más de setenta eventos sobre el tema en lugares tan dispares como Ámsterdam o Moscú, Toronto o Zúrich.
Desde hace unos dos meses, el director del proyecto que terminó con la publicación de la nueva versión de “Mi lucha”, Christian Hartmann, recibió el premio científico “La sociedad necesita ciencia”, dotado con 50 mil euros.
“El historiador Christian Hartmann y su equipo taparon un gran agujero en la investigación sobre el nacionalsocialismo en Alemania con la publicación de la edición histórico-crítica del Mein Kampf, señaló el jurado encargado de otorgar el galardón.
“La publicación pone de relieve los falsos testimonios y las tergiversaciones de Hitler, corrige errores y presenta un contexto histórico”, agregó.
El Instituto recapitula todo lo ocurrido en este tiempo: “No se interpuso ninguna denuncia contra la edición crítica que publicamos y no se registró ninguna acción de propaganda por parte de la extrema derecha ni una campaña contundente por parte de una editorial de este signo inmediatamente después de que saliera al mercado la versión crítica del Mein Kampf“.
La excepción que confirma la regla la constituyó la editorial de derechas Der Schelm, que anunció el pasado año su intención de reimprimir íntegramente el texto original de Hitler y “sin molestos comentarios políticamente correctos” a la par que anunciaba en su página web el libro como un “texto de origen científico”.
La acción sirvió para que la Fiscalía de Leipzig (este del país) le abriese una investigación por incitación a la xenofobia y por utilización de símbolos de organizaciones anticonstitucionales, una acción judicial que todavía no ha concluido.
A quien ya condenó la justicia fue a una librera alemana que publicitó a través de Internet la versión de “Mi lucha” de la editorial Der Schelm y tuvo que abonar una multa de 4 mil euros.
El objetivo de haberse adelantado a posibles polémicas o acciones propagandísticas de la extrema derecha parece haberse logrado mediante la elaboración de una versión rigurosa, científica y que incluye más de 3 mil 500 notas a pie de página.
“Hubiese sido irresponsable dejar ‘vagabundear’ a este texto. Los compradores de la edición no son radicales de derechas, sino lectores interesados por la política y por la historia”, señaló el director del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich.
Entretanto, la edición comentada del Mein Kampf ha sido utilizada también como tema de debate en las clases de historia.
“Está claro que una versión no comentada no se podría utilizar en las escuelas. En ese caso, se abrirían procesos judiciales”, apuntó el ministro de Cultura de la región de Baviera (sur de Alemania), Ludwig Spaenle.
A la espera de que se publique un fascículo sobre “Mi Lucha” por parte de las autoridades bávaras, el presidente del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich alerta del peligro de caer en el mismo debate que dominó en los años cincuenta.
“Temo que la discusión pública, y sobre todo las clases de historia, se centren demasiado en la figura de Hitler”, concluyó Andreas Wirsching.
Fuente vanguardia.com.mx