Javier Aguirre, técnico de la Selección Mexicana, no pierde ocasión para recalcar que ganar la Nations League de la Concacaf no es una prioridad para él, y sobre la presión, sostiene que es algo habitual en su carrera.
“El Vasco” asumió las riendas del Tricolor en agosto de 2024 con el objetivo de devolverle estabilidad tras el tropiezo en el Mundial de Qatar 2022.
Aunque insiste en que su primer torneo oficial no es crucial, sus declaraciones podrían requerir mayor cautela dado el historial del equipo en esta competencia.
Desde su creación en 2019, la Liga de Naciones ha sido un desafío constante para los entrenadores mexicanos.
Gerardo Martino, Diego Cocca y Jaime Lozano intentaron sin éxito alzar el trofeo, que ha sido dominado por Estados Unidos en sus tres ediciones.
En la primera, retrasada por la pandemia hasta junio de 2021, el “Tata” Martino vio a su equipo caer 3-2 en la final ante el acérrimo rival.
A pesar de clasificar al Mundial, las dudas sobre su gestión persistieron.
La etapa de Cocca fue aún más complicada: una goleada 3-0 frente a Estados Unidos lo relegó al tercer puesto tras un ajustado 1-0 contra Panamá, y su salida se concretó poco después.
Más recientemente, Jaime Lozano también sucumbió en la final ante los estadounidenses por 2-0.
Su posterior eliminación en la fase de grupos de la Copa América marcó el fin de su ciclo.
Con la mirada puesta en el Mundial 2026, el proyecto de Aguirre luce prometedor, pero la Nations League y la próxima Copa Oro representan pruebas inmediatas.
Aunque el “Vasco” minimice la urgencia de triunfar en la Concacaf, la historia y la afición exigen recuperar el prestigio perdido, un reto que va más allá de sus palabras.