El exfutbolista y actual directivo del futbol mexicano, Carlos Hermosillo, reveló en una entrevista con David Faitelson en el programa Faitelson sin Censura que la corrupción permea profundamente la estructura del futbol nacional, con un impacto particularmente grave en las ligas de ascenso.
Como propietario del Club Atlético Real Morelos 27, Hermosillo expuso los problemas que enfrenta la Tercera División, también conocida como Liga TDP.
Durante la conversación, el legendario jugador del América y Cruz Azul, entre otros equipos, detalló las prácticas irregulares que ha observado.
“Normalmente en un partido te amonestan a cuatro o cinco, promedio por tarjeta de 500 pesos, si la tribuna hace un ruidito que no le gusta al árbitro, te sancionan con mil pesos, eso en Tercera División. Son 360 equipos de la Tercera División, multiplica cinco tarjetas por partido, 2 mil 500 pesos, por 365, todas las semanas, es una corrupción terrible”, denunció.
Hermosillo también compartió una experiencia reciente con su equipo, ilustrando la magnitud del problema.
“El fin de semana pasado que jugó mi equipo, escuché unos audios, porque además son tontos, se escucha para afuera todo y decían ‘al 18 y al 4 tenemos que expulsarlos’, ¿con qué ganas inviertes? Ya viste lo que pasó en la Liga Premier, el trabajo es muy raquítico en el futbol mexicano”, añadió, expresando su frustración por las condiciones que desincentivan la inversión y el desarrollo.
Para el exfutbolista, el futbol mexicano atraviesa uno de sus momentos más críticos.
“Estamos viviendo una de las peores etapas del futbol mexicano, los directivos no se dan cuenta que mientras el producto esté mejor, lo van a vender mejor, hay demasiados intereses y poco crecimiento, creo que nos hemos retrasado muchísimo, hay muchos amigos y no hay profesionales, si quieres una mejor federación y mejores resultados, no digo que vayan los futbolistas, sino gente profesional que se vayan preparando, quien no tenga título, no pueden estar aquí”, sentenció.
Sus declaraciones abren un debate sobre la necesidad de profesionalizar la gestión del futbol mexicano y erradicar prácticas que socavan su crecimiento, dejando en evidencia la urgencia de reformas estructurales para sanear el deporte en el país.
