En estos tiempos, todos los días el gobierno y su partido nos salen con una nueva ocurrencia, un nuevo error, una nueva tropelía, o de plano una nueva tontería.
Se acumulan tantas cosas que en otro tiempo nos habrían parecido insólitas, que poco a poco hemos ido perdiendo nuestra capacidad de asombro. Apenas la semana pasada que narraba en este mismo espacio el hecho inaudito de que la alcaldía morenista de Venustiano Carranza en la Ciudad de México hubiera colocado en pleno Circuito Interior una estatua en honor a un genocida, un amigo me comentó: “Mi estimado Maestro, ¿aún le asombra algo de la 4T?”.
Sucede que por lo que a mí respecta, no quiero dejar de sorprenderme, no quiero perder la capacidad de asombro, porque creo que, en ese momento, cuando todos los ciudadanos perdamos la capacidad de asombro, pasaremos a la sociedad de la conformidad, y ahí estaremos acabados, no habrá más futuro. Solo manteniendo viva nuestra capacidad de asombro, subsistirá nuestra capacidad de indignación, de detectar aquello que está mal y de aspirar a algo mejor.
El régimen nos atiborra de sandeces porque le conviene que nos hartemos y volteemos la mirada a otro lado, pero no, no debemos caer en ello; y para dar muestra de las tantas cosas que no debemos dejar pasar por alto, permítame enunciar tan solo las que a vuelo de pájaro he encontrado en los últimos dos días:
1. El gobierno relanza la aerolínea Mexicana de Aviación. Antes que nada, debería sorprendernos el hecho mismo de que se eche a andar una nueva empresa militar, pero sobre todo, que para esto, el gobierno haya tenido que violar la ley, porque nadie puede administrar aeropuertos y aerolíneas comerciales al mismo tiempo, y el Ejército ahora lo hace, pero bueno, lo interesante acá fue que inauguraron la empresa con un vuelo a Cancún, que en realidad se dirigió a Tulum, pero se desvió para aterrizar en Mérida. Todo con un retraso de 5 horas, un derrame de combustible de por medio, y anunciando que la marca del avión era “Boing”. Más mal no podría haberse hecho, es un ridículo monumental.
2. Los senadores de Morena, mandaron hacer bustos del presidente López Obrador para regalarlos a altos funcionarios en estas fechas decembrinas. El llamado “día del presidente” y todo el culto a la personalidad que criticábamos a los presidentes de los años 70´s, queda opacado ante esta encumbrada forma de lambisconería, que además se hizo con dinero público, porque el escultor pagó sus impuestos del ejercicio 2020 justo esculpiendo esta efigie del “señor presidente”. En otro tiempo, esto habría sido un escándalo de dimensiones épicas.
3. El gobierno desaparece a los desaparecidos. Como le incomoda la cifra de tantos y tantos desaparecidos en su gobierno, el presidente decidió maquillarla y ordenó “revisar la lista” (y rasurarla, claro), para bajar el número de 110 mil a 92 mil. Sigue siendo una cantidad terrorífica que importa un dolor humano de enormes proporciones, pero lo que al presidente le importa es que la cantidad de desaparecidos durante su gobierno no sea más alta que la del gobierno anterior, así que bajó los 48 mil desaparecidos que lleva, a 30 mil, para quedar por debajo de los 34 mil 500 ocurridos en el sexenio de Peña Nieto, aunque siga estando muy por encima de los 17 mil de Calderón. Esto es otra desfachatez descomunal.
4. Militarizan hasta lo robado. Lo robado que era para el pueblo, se lo dan a los militares. Ahora resulta que en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep) no solo mutilan piezas de joyería para “robarse lo robado” como denunció su anterior director, sino que le donan los bienes al Ejército.
5. La ministra sin conocimiento jurídico y de pésimos modales. La nueva ministra, nombrada por el Presidente López Obrador, demandó por daños y perjuicios a quienes ventilaron que debía la renta de su departamento, pero la ministra ¡se equivocó de juez! y su demanda fue desechada. Después circuló un video en el que le dice a su hijo, -quien habla con la arrendadora-, “deja ya a esta hija de su putísima madre”. Así la calidad profesional, y la estatura personal, de la ministra obradorista.
6. La alcaldesa que come con el narco, buscará senaduría. Sí, aquella alcaldesa morenista de Chilpancingo, Guerrero, que fue exhibida en videos reunida y en alegre charla con el líder del grupo criminal “Los ardillos”, anuncia que buscará la candidatura morenista a la senaduría. Solo en México podría pasar algo así.
Me faltó espacio en esta columna para seguir con esta lista de desfiguros, pero los enunciados revelan con meridiana claridad el tamaño de la tragedia que la 4T significa para México, y por qué no debemos perder nuestra capacidad de asombro.