En estas fechas la población mundial llegó a los 8 mil millones de habitantes de acuerdo a las cifras proyectadas por la Organización de Naciones Unidas-ONU-.
Nos llevó prácticamente 12 años pasar de 7 mil (2010) a 8 mil millones de personas en (2022) y de acuerdo a las mismas proyecciones en 15 años andaremos en 9 mil millones (2037).
Los dos países más poblados del mundo siguen siendo China y la India casi a partes iguales este año, pero en lo sucesivo será mayor en población la India y Juntas representan ya el 36% de la población del planeta.
En ese orden le siguen los Estados Unidos con el 4.2% de la población mundial seguidos de Pakistán, Brasil, Rusia y nuestro país aparece en el décimo lugar con el 1.6% y 130 millones de habitantes.
Las razones de esta caída son varias, pero una de las principales es la mayor escolaridad de las mujeres y su incorporación al mercado laboral, el uso de los anticonceptivos y la demora en contraer matrimonio.
Continuando con los indicadores demográficos, también se viene hablando del proceso de feminización de la vejez como resultado de la mayor esperanza de vida la cual aumento 16 años en el periodo 1970-2022 al pasar de 62 a 78 años en promedio.
En el caso de los hombres la esperanza de vida aumento en 15 años lo que junto con las muertes violentas en su gran mayoría del sexo masculino nos lleva a que en el futuro cercano habrá más mujeres que hombres.
Luego entonces diría el clásico hay mucho por hacer sobre todo en el sexenio que viene afín de anticiparse al envejecimiento población y que no nos llegue de golpe y porrazo.
En serio es necesario ir desarrollando estrategias novedosas en varios planos sea el educativo y de la salud no se diga en el nuevo mercado del trabajo con las recientes tecnologías sin perder de vista las energías limpias para estar mejor preparados.
El tema de la resiliencia demográfica llegó para quedarse y junto con el desarrollo sostenible serán prioridad para la sociedad y sus gobiernos futuros.
Esta resiliencia demográfica nos exige una nueva visión de conjunto dado los cambios de la población en términos de fecundidad, mortalidad y migración que en conjunto tienen un efecto importante en la economía del conocimiento.
No solo es el factor numérico sino también su evolución histórica al igual que la visión actual del comportamiento demográfico en términos de sexo, edad, salud, educación, ingreso, cultura y bienestar.
El estudio y análisis a futuro de estos indicadores nos permitirán construir los escenarios económicos y sociales que influirán además nuestro contexto político, de allí la importancia de actualizar las ciencias sociales.
Algo nos queda del famoso bono demográfico como gran tema de la agenda pública proxima.
He dixi