Los niños de México han logrado obtener un tache a raíz de la pandemia en su educación escolar, esto se debe en gran medida al desinterés o falta de habilidades de sus padres para complementar la formación que han tenido que cursar en línea por la emergencia sanitaria a la que obligó el Covid-19.
Millones de niños en México y el mundo tuvieron que abandonar las aulas para preservar su salud y su vida; al educarse en línea los problemas que enfrentaron fueron diversos, desde la confrontación con la tecnología que desencadenó no solo problemas de aprendizaje sino también en su comportamiento.
Los estudiantes de primaria baja, es decir, de primero a tercer grado, tienen problemas al aprender a leer y escribir; asegura la profesora y psicóloga educativa Nisa Cabello.
El proceso de lecto-escritura se consolida en el primer grado generalmente, pero con la educación en línea se detuvo y dificultó este avance; los niños están tardando más en desarrollar estas habilidades básicas que facilitan las demás materias.
Las matemáticas han sido otro problema para los alumnos de este nivel educativo; a decir de la especialista, parte de la práctica en esta asignatura se da cuando los niños van a la tienda con sus padres, o al mercado.
La experiencia cotidiana de hacer compras ayuda al desarrollo de sus habilidades matemáticas básicas, pero, al estar encerrados por el confinamiento, ¿dónde van a hacer sus operaciones de sumas, restas, divisiones y multiplicaciones?
La vida virtual los protegió del Covid-19 pero se convirtió en una barrera de aprendizaje y los desvinculó de la realidad. No pudieron ir a la tiendita escolar ni jugar en sus clases con monedas y billetes “de mentiritas”; en su casa no todos lo hacen.
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Además, aparte de la falta de práctica y cercanía para desarrollar habilidades, está la falta de interés por parte de los padres para que los niños aprendan; esto es porque los niños aprenden por medio de la observación y papá y mamá muchas veces no son ejemplos para que lo hagan: no leen, no estudian, no hay disciplinas ni horarios para que practiquen y hagan repasos.
Estas situaciones fomentan el rezago educativo que ya se vivía en México antes de la llegada del Covid-19 y que afectará a millones de personas que no acuden a clases y otros que han desertado.
Para 2020, 24.4 millones de personas presentaban rezago educativo a nivel nacional, lo que representa el 19.2% de la población, de acuerdo con la Medición Multidimensional de la Pobreza 2020 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Esto quiere decir que presentan rezago educativo quienes tienen entre 3 y 21 años y no asisten a clases o no terminaron sus niveles correspondientes; así como quien con 16 años o más no asiste a la escuela y no completó la primaria ni la secundaria; y quien cumplió 22 años o más y no terminó el nivel medio superior.
La titular de la Secretaría de Educación Pública, SEP, Delfina Gómez, destacó que 22 millones 435 mil 93 mil estudiantes regresaron a sus aulas en el nivel básico, de acuerdo a los últimos datos que presentó el 1 de marzo del 2022 en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Fuente radioformula.com.mx
