Las post verdades buscan imponerse en estos tiempos del Covid-19. Son esas que con un par de renglones compartiendo información no verificada logran en un sector de la población, regularmente el más ignorante y flojo para leer un poquito, normar una opinión.
En fin, que así es esto y contra eso hay que luchar a diario. Y no me refiero a la lucha de los medios tradicionales contra los digitales, sino a la que libran a diario las autoridades de salud de los tres órdenes de gobierno buscando crear conciencia en la población sobre los cuidados que debemos tener para disminuir el riesgo de contagio.
Pero la verdad se impone, la realidad aún más y me parece que si seguimos viendo a tantas personas tomando las cosas a la ligera esto se puede poner feo.
Ahora bien, en medio de los grandes esfuerzos de las autoridades de salud para crear conciencia sobre la pandemia, que en lo personal me parecen extraordinarios, surgen todavía muchas dudas.
Sobre todo por el bajísimo número de pruebas que se han practicado a la población del país.
Somos casi 130 millones de habitantes y las pruebas realizadas, según datos oficiales, apenas rebasan las 15 mil.
Ya se transparentará ese dato, supongo en las próximas semanas, mientras tanto hay que seguirnos quedando en casa y saliendo a lo estrictamente esencial.
En esta guerra los soldados son todo el personal médico, que armados de blanco y muchos con apenas el material esencial, literalmente arriesga sus vidas a diario para salvar las de otros. Tomemos conciencia de ello.
Pero los efectos en la economía de México pueden llegar a ser desbastadores, según muchos análisis serios del tema, aunque el presidente López Obrador insiste en tener otros datos.
En un exceso de optimismo y una desconexión total con quienes sufren ahora esa enfermedad, dijo que la epidemia le ha caído como “anillo al dedo” a sus propósitos transformadores… Nada que agregar.
Contradice a su (aún) secretario de Hacienda, quien esta misma semana dio un pronóstico negativo sobre la economía mexicana.
En fin, que mañana el Presidente dará un mensaje y en él se espera que anuncie medidas de apoyo para millones de pequeños y medianos negocios que sufren los efectos de la alerta sanitaria declarada.
Y no, no son banqueros ni pertenecen al jet set mexicano, sino emprendedores que lograron salir adelante prácticamente solos, con pocos o nulos apoyos gubernamentales, sin amistades ni filiaciones políticas, pero que pagan muchos impuestos y generan millones de empleos en todo el País, que ahora están en riesgo de perderse.
Si el Presidente dice que no son iguales a los de antes y que no hará rescates como aquellos que hubo, me parece excelente.
Pero no son esos los que están sufriendo las consecuencias de la crisis, sino muchísimos otros que incluso depositaron en él, cuando era candidato, sus esperanzas de que las cosas mejoren en este país.