Por Jesusa Blanco
Así como llegó el día en el que el virus haría presencia oficial en Sonora, llegó un año después de esta fecha, y la nueva normalidad no termina de concretar cambios.
La tarde del 16 de marzo de 2020, la Secretaría de Salud Estatal, a través de una rueda de prensa transmitida por redes sociales anunciaba de la presencia de un caso positivo del virus SARS-CoV-2, un adulto mayor que se encontraba hospitalizado en el Hospital General del Estado y que había viajado de Estados Unidos a México por vía terrestre en un autobús de pasajeros.
Las autoridades y el personal de salud de hospitales públicos y privados se encontraban preparados para atender un virus del que poco se conocía pero que se desplazaba por todo el mundo y ya estaba en América, en México y en Sonora, sumando muertes, enfermedad, secuelas y pérdidas económicas.
Un año después, la entidad se encuentra entre los tres catalogados por el Semáforo Epidemiológico Nacional en color verde, el primero en el noroeste del país; sumando además 68 mil 316 casos positivos, 5 mil 886 defunciones y 61 mil 122 casos de personas que se han recuperado. Pero el riesgo de contraer el virus sigue.
Aunque el riesgo de contagio es mínimo, las autoridades reiteran las medidas preventivas, al igual que hace un año, con algunas variaciones por el color del semáforo, pero todas aplicables para preservar la salud.
No obstante, al igual que en 2020, las medidas para reducir la movilidad poblacional, controlar los aforos en lugares públicos y las del respeto a la sana distancia, el lavado de manos y el uso del cubrebocas, no es recurrido por el total de la población.
El no acatar las mismas, ha ocasionado cierres de establecimientos, identificados como no esenciales; esta situación ha generado pérdidas económicas, de empleos.
Además, se cerraron escuelas, gimnasios, se limitaron las atenciones médicas y hospitalarias que no son de urgencia y se han implementado otras acciones como la educación en línea, en Sonora y en todo el país, y se cerró la frontera con Estados Unidos, todo en vías de contener los contagios.
Con este virus llegó además la discriminación para el personal de salud, para quien se pidió facilitar su traslado hacia los centros de trabajo y sus domicilios, una vez que concluyeran sus turnos; se abrió un refugio para que estuvieran seguros ellos y sus familias, mismo que ya cerró; en algunos sitios como supermercados se intentó prohibir su ingreso por temor a que fueran portadores del virus, y también llegó la primera defunción por Covid-19.
Una mujer de 29 años, originaria de Magdalena de Kino, falleció en un hospital de Nogales, sin que se diera a conocer de inmediato la causa de la defunción, sus familiares lo confirmaron antes que la autoridad de salud.
El confinamiento sugerido para no enfermar fue aplicado en muchos casos, se implementó el home office, y se redujo el acceso en tiendas (una persona por familia), donde se tomaba la temperatura, se colocó (en la mayoría de los casos) tapetes sanitizantes, gel antibacterial, se pedía usar cubrebocas, pero aun así las personas seguían enfermando y muriendo, sobre todo los adultos mayores y las personas con enfermedades crónicas que no salían de sus casas. Se dijo que los jóvenes eran quienes continuaban con una vida social activa y era quienes llevaban el virus a sus casas.
En la pandemia han aumentado los casos después del Día del Niño, del Día de las Madres y de Navidad; se pidió no acudir a los panteones, se pidió no realizar posadas, se advirtió sobre la celebración del Día de San Valentín, cuando el semáforo Covid-19 estaba en color amarillo para Sonora; y se advertía sobre la cercanía del color verde, con la condicionante de ser prudentes y responsables para que no aumenten los casos después de Semana Santa y de Pascua, pero los vacacionistas se adelantaron con el fin de semana largo del 13 al 15 de marzo.
En el primer año de la pandemia de Covid-19, los sonorenses también hemos visto llegar la vacuna para inmunizar contra esta enfermedad; el 13 de enero fue vacunado en el Hospital General el primer enfermero: Rodrigo Romero, un héroe de bata blanca.
Luego siguió el turno de inoculación para los adultos mayores, primero de las comunidades más alejadas, con más difícil acceso a los servicios médicos. Enfermeros y adultos mayores han recibido las vacunas de Pfizer, en dos aplicaciones, y de AstraZeneca.
En esta etapa vimos cómo se vacunó el Presidente Municipal de Caborca, Librado Macías; un adulto mayor sí, pero por varias condicionantes no debió acceder al biológico, comenzando con que en su municipio no se estaba aplicando.
Este día, cuando se cumple un año de haberse anunciado el primer caso positivo, se han realizado celebraciones religiosas para honrar la memoria de quienes han perdido la vida por esta enfermedad que surgió en Wuhan, China, a finales de 2019 y que ha tenido presencia en todo el mundo.
Se ha invitado a participar en el acto de un minuto de aplausos o de sonar el claxon a las 2:55 como homenaje para los enfermos, los caídos y el personal de salud, que tampoco ha resultado invicto frente a la pandemia y también acumula bajas.
La autoridad de salud ha repetido que el color verde no significa que tenemos permiso para “portarnos mal” y se recomienda ser responsables para evitar una tercera ola de la enfermedad. ¿Será posible?